Escuchando: Smells like teen spirit (Nirvana)
Por motivos técnicos, creo que esta página ha estado desaparecida durante parte del fin de semana. Parace que ya ha vuelto todo a la normalidad.
Por motivos técnicos, un servidor ha estado desaparecido durante este fin de semana. Parece que ya he vuelto a la rutina.
En realidad, los míos no han sido sólo motivos técnicos; que también: parece que mi cámara por fin vuelve a estar utilizable; sigue teniendo alguna mota, pero paranoias mías aparte, es muy difícil de apreciar en las fotografías, así que vuelvo a la carga tras la cámara.
Y mis motivos no técnicos para embarcarme en esta fugaz escapada a Madrid (un poco más lejos, en realidad) están relacionados con planes que se quedaron en el tintero en mi última visita.
Y así, estos dos días (que me han parecido uno muy largo, cosas de dormir menos de tres horas) han tenido trenes retrasados por señoras que se plantan gritando en medio de la vía; hamburgesas; limpieza de cámara; encuentros casuales con santanderinos; Guinness muy tranquilas; cenas japonesas -con algunas modalidades de sushi difíciles de tragar, y flanes de té más que recomendables-; piso de arriba de la vía láctea, sillóncito; Tupper y regresión a la infancia; Morgenstern o el tugurio de los tugurios donde todo el mundo se sabe las canciones menos nosotros; Nasti, donde pagamos ídem para entrar haciéndonos los suecos, y también donde una puerta asesina nos torturaba a base desagradables destellos; trenes de vuelta con imberbes imbéciles dando la nota; mini-descanso; paseos por jardines; lectura; despedida y cierre; tren de vuelta, esta vez sin incidentes.
Y eso. Un gran fin de semana, lleno de risas contagiosas. Pero muy cansado, eso sí. Y como mañana madrugo, y me caigo de sueño, creo que aprovecharé para hacerlo, para caerme; pero en la cama.
Seguiremos informando.