Escuchando: One (U2)
Llegué un poco tarde, pero afortunadamente encontré un agujero en una valla que me permitió saltarme toda la cola. Lo siento por los que esperaron. Así, pude entrar y situarme en el medio de un estadio que poco a poco se iba llenado, y llenando, y llenando.
A las siete y pico, la noche se empezó a animar: Kaiser Chiefs, los teloneros de los teloneros. Impresionante concierto, el que dieron. Un sonido perfecto, canciones peligrosamente pegadizas, simpatía, energía… de diez, sin duda. Una pena que fuese tan breve, pero de todas formas sólo tienen un disco, y casi lo repasaron entero.
Tras otro rato de espera, los teloneros oficiales: Franz Ferdinand. Tenía muchas ganas de verlos, salieron al escenario y… me decepcionaron; un concierto escasito, con un sonido malo (tirando a muy malo en las primeras canciones -apenas se escuchaba la voz-), y una pose snob muy conseguida; yo habría preferido que se esforzasen en sonar mejor, en lugar de aparentar ser el grupo más guay del mundo. En cualquier caso, tienen canciones tan buenas, que hicieron que su concierto mereciera le pena.
Eso sí: tanto los Kaiser como los Franz son un grupo de un sólo disco, hasta la fecha. En Madrid quedó muy claro quién lo defendió mejor.
Tras los teloneros, la espera más tensa. Casi 60,000 personas sin quitar ojo al escenario, esperando el gran momento. Hubo una salida en falso, cuando la música de ambiente cambió bruscamente a algo más guitarrero; pero no eran ellos, era una canción de The Arcade Fire, todo un detalle.
Unos minutos después, fuera luces, se encienden los focos del escenario, y los cuatro miembros de U2 salen al escenario, saludando, como quien no quiere la cosa. Grito de guerra: uno, dos, tres… ¡catorce!, y todo un estadio gritando y botando. Digno de ver.
U2 podrán gustar más o menos, pero lo que está claro es que el concierto que disfruté el jueves fue todo un acontecimiento, todo un espectáculo. Fue increíble cuando a las pocas canciones del inicio, se sacaron su as de la manga, y todo el escenario resultó ser una enorme pantalla de vídeo (a cualquier aficionado a la tecnología se le cae la baba ante algo así) en la que se iban alternando animaciones, vídeo, imágenes, mensajes…
Es difícil de explicar sin haberlo visto, la magnitud del espectáculo visual que montaron dejaba sin palabras. Y sobre la música, qué decir. Sus canciones ya se han convertido en himnos, y sonaron perfectas. Su último disco tiene canciones que no desentonan en calidad con sus grandes éxitos, así que el repertorio final no dio tregua.
Y escuchar One, o With Or Without You, en diecto, en un estadio abarrotado, en una noche agradablemente fresca, y bajo las estrellas, es algo que no se olvida, que emociona.
¿Sobraron cosas? Sí, para mí el momento SMS (envía Africa seguido de tu nombre al 55…) estuvo un poco fuera de lugar, aunque vino precedido de una escena curiosa: un estadio formando un enorme árbol de navidad con la luz de las pantallas de los móviles. Adios a los mecheros.
Acabé reventado de botar, de cantar, de gritar. Mi quedé sin camiseta (espero poder arreglarlo) porque a la salida sólo quedaban de XL para arriba (y como que no…) pero salíamos todos con tal subidón de adrenalina, que daba igual. Especialmente agradables fueron las cervecitas y hamburguesas después del concierto, con una reunión de amiguetes digna de mención. Fin de fiesta en una microfiesta U2, y a casa, a caer rendido en la cama.
Siento no haber podido quedar/hablar/ver a todos los que andábamos por el Calderón. Había demasiada gente, y muy poca cobertura. Espero que todos lo disfrutáseis como yo.
Seguiremos informando…
PD: No llevé cámara, fui desarmado. La foto es cortesía de Nacho, que estuvo dando botes, pero en la grada, y tiene incluso algún video en el que se aprecia el espectaular inicio del concierto… ¡gracias!