Escuchando: Ella me confundió con otra persona (Nacho Vegas)
Siempre que tengo que coger un avión, y miro horarios y puerta de embarque en los monitores, me fijo también en los destinos del resto de vuelos. Siempre elijo el más sugerente, y me imagino que suplanto la personalidad de uno de sus viajeros. Entrego mi tarjeta de embarque, no se dan cuenta, y me cuelo en ese avión.
Ayer, imaginariamente, me fui a Riga.