Escuchando: Sad but true (Metallica)
Ayer por la noche comprobé la diferencia entre elegir los sitios a los que me gusta ir, y que me los elijan.
Mi elección: la Celtics. Guinness en un local con mucha gente pero buen ambientillo, y música insuperable. Canciones de lujo intercaladas con vídeos que uno difícilmente espera encontrar una noche de sábado: desde los U2 más vertiginosos, hasta Maniac Street Preachers en directo, pasando por Metallica con orquesta. Vale, puede que se pueda superar. Pero no es fácil.
Elecciones de los demás: un local que hacía años que no pisaba, ayer comprendí por qué. Macarras y niñas borrachas, pseudo música capitaneada por el tema repelente de esa niña ídem que ganó el eurojunior. Aunque a esas horas yo pensaba más bien en la versión alternativa que suele cantar mi sobrino: antes muerto que sin silla.
En fin. Que no cuenten conmigo para volver a entrar a sitios como ése. Una retirada a tiempo siempre es más digna, y más barata.
Seguiremos informando…
PD: Y al final, uno de los momentos más divertidos de la noche fue al final, cuando de la manera más extraña posible, acabamos en un control policial de alcoholemia. Que acabó sin incidentes, aunque de una forma un tanto diferente. Al final va a tener razón una que yo me sé, y mi presencia atrae situaciones surrealistas.