Escuchando: Our House (Madness)
Hoy, hace un año, también llovía. Y estábamos nerviosos. Después de darle muchas vueltas, de mover mil papeles, de desesperarnos por mil burocracias, de muchas dudas y de más ilusiones, cambiamos el descanso del mediodía por una visita a la notaría donde firmamos nuestra hipoteca. Al salir, corriendo, fuimos a nuestra nueva casa y nos hicimos las primeras fotos en un balcón que hoy ya no existe.
Comenzó, también hace un año, una obra de tres meses en la que comprobamos que los gremios son de otro planeta, que pagar a alguien para que la gestionase nos evitó unas cuantas canas, y que una reforma se lleva mejor cuando se vive en la acera de enfrente.
Todo terminó en una mudanza infernal (todavía quedan por ahí un par de cajas sin abrir), en unos primeros días de invierno sin agua caliene ni calefacción, y en un piso que con los meses ha ido cogiendo personalidad y ha demostrado ser tan acogedor como queríamos. O más.
Sin duda, hace un año acertamos. Seguiremos disfrutando