Escuchando: Second Life Replay (The Soundtrack Of Our Lives)
Este fin de semana ha nacido un nuevo festival en Cantabria, el TurboRock, en la localidad de Sarón. Y lo ha hecho con sonidos muy rockeros, y una satisfacción tremenda por parte de los asistentes. Las caras de la gente el sábado a las tres de la mañana lo decían todo.
Con un panorama en el que los festivales independientes se han convertido en un ejército de clones por toda la geografía del país, es un soplo de aire fresco encontrarse una apuesta así, con un cartel coherente y contundente (que he ido descubriendo a pie de escenario, porque iba con los grupos muy poco oídos, pero muy recomendados), con asistentes que no iban a dejarse ver sino a dejarse asombrar, y con un pueblo volcado en que todo saliese bien (comida popular encabezada por el alcalde incluída). Detalles como la carpa de circo (¡auténtica! nada de toldos aburridos) para los pinchadiscos son siempre un plus que ayuda a que aquello pareciese un viaje en el tiempo.
Con ese planteamiento poco podía salir mal, y el resultado ha sido memorable. Legendario, que diría el otro. No he podido estar en todos los conciertos, pero he salido alucinado con lo que he visto allí. Ninguna banda fue a cumplir, todos dieron el 110%. Hoodoo Gurus, Young Fresh Fellows, Redd Kross o los míticos Mudhoney (ya me van dejando de pitar los oídos) fueron buenos ejemplos, pero acabaron palideciendo ante el que pasa a formar parte de mi lista personal de directos inolvidables: The Soundtracks Of Our Lives nos hicieron levitar, y demostraron por qué son capaces de presentarse con un nombre tan presuntuoso. Grandes, enormes… cada vez que recuerdo lo que vimos ayer en aquel mercado, se me vuelven a poner los pelos de punta.
Sí, ha nacido un gran festival, y aunque tiene sede también en Valencia, en Sarón tiene un encanto especial. Larga vida al TurboRock.
Seguiremos informando.