Escuchando: Wake up (Arcade Fire)
Me ha bastado un anuncio de los canadienses Arcade Fire pregonando que tienen canciones nuevas, para recordarme cuánto me gustan sus dos trabajos publicados. Me he pasado el día escuchándolos.
Recuerdo cuándo los descubrí, en aquel Primavera Sound en el que me diluí de manera autista. Había escuchado su disco unos cuantas veces y sonaba bien… pero no tanto como en directo, donde lo dan absolutamente todo, y más. La energía que desprenden es difícil de explicar.
A aquel festival fueron por poco más que el precio de los billetes de avión. Años más tarde, en el desaparecido Summercase fueron de estrellas, a golpe de talonario. Tampoco defraudaron, y las canciones de su segundo disco sonaron brutales. Nunca olvidaré escuchar los primeros temas desde el foso del escenario mientras hacía fotos (como la que ilustra estas líneas).
Siempre me había preguntado de donde venía la expresión que da nombre a su segundo trabajo: Neon Bible. Casualidades de la vida, hoy escuchaba ese disco mientras tenía en la mano el libro que estoy terminando, La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. Creo que a pesar de llevar unas semanas con el libro a cuestas, nunca había prestado atención a la contracubierta. Hoy sí, y termina con esta frase: Anagrama también ha publicado su primera novela, La Biblia de neón. Qué cosas.
En junio llegarán las nuevas canciones de Arcade Fire. Hasta entonces, me dedicaré a escuchar sus anteriores temas, y a seguir desgastando el nuevo trabajo de otra banda que me está obsesionando últimamente: The National. Su primer disco me gustó mucho (Squalor Victoria es imprescindible), pero su reciente High Violet es fascinante. No puedo dejar de escuchar temas como Afraid of Everyone. Una canción que en directo son capaces de hacer sonar como en este vídeo:
Canciones y más canciones. Últimamente me falta el tiempo, pero nunca la música.
Seguiremos informando.