A pesar de que ha sido un puente tremendamente ocupado con otros jaleos, conseguimos sacar un rato (dos, de hecho) para acercarnos a las Jornadas Minas Tirith en el Palacio de Exposiciones de Santander. Todo un mundo de juegos de mesa para probar y competir.
Nuestras visitas tuvieron que ser demasiado fugaces (no quedaba otra) pero aún así nos dio tiempo a probar cuatro juegos. En esta página sólo voy a hablar en detalle de aquellos que tenemos en casa, que he jugado durante un tiempo, por lo que no me detendré mucho en estos que probamos deprisa y corriendo. Bastará con unas breves líneas sobre la primera impresión que me causaron.
El primero de todos ello fue Carambol. Alguna vez había visto el descomunal tablero en Nexus (una tienda de cómics y juegos de Santander) pero no sabía más de él. Es una variante de Carrom, que parece ser el juego más popular en la India (nos dijeron que sale en Slumdog Millionaire), y su mecánica mezcla el billar con las chapas. Básicamente, hay que meter las fichas de un color disparando con los dedos una ficha un poco más grande. Divertido, aunque hay que pillarle el truco. El tablero está hecho a mano en La India, y su precio lo atestigua.
La siguiente prueba la hicimos con el Mamma Mia!, un juego de cartas que teníamos pendiente probar en casa de unos amigos. Hay que generar pedidos de pizza consiguiendo reunir las cartas de sus ingredientes. La buena memoria es más que recomendable. Muy divertido, a tener en cuenta.
En nuestra siguiente visita probamos Robotory, un juego abstracto del estilo de los que nos suelen gustar. Rápido y con chicha, arruina totalmente la experiencia de juego lo cutre que es el tablero: un cartón endeble que cuesta mantener plano sobre la mesa sin que se muevan las fichas. Una pena.
Por último, estuvimos jugando a Hive (La Colmena), un juego sin tablero, con fichas hexagonales que representan a distintos insectos. Cada uno de ellos tiene unos movimientos particulares, y el objetivo es rodear con piezas a la abeja reina contraria. Dicho así suena sencillo, pero tiene mucha miga. Fue el juego que más me gustó de los cuatro que probamos.
Una pena no haber tenido más tiempo para pasar allí. La ludoteca que ponían a disposición del público estaba bien surtidita, y también había algún stand con venta de juegos. Además, había bastante gente de la organización siempre dispuesta a explicar las reglas o jugar una partida.
Ha sido la primera vez que he estado en un evento de estas características, pero sin duda repetiré. Seguiremos jugando.
Enlaces:
Jornadas Minas Tirith 2009
Juegos en BoardGameGeek:
Carambol y Carrom
Mamma Mia!
Robotory
Hive – La Colmena