Público y su concurso de fotografía

El pasado domingo, el diario Público inició una colección de libros sobre fotografía, que irán acompañados por láminas con imágenes míticas, gratis con el periódico tres días a la semana (hoy, por ejemplo, regalan Muerte de un miliciano, de Robert Capa). Interesante y recomendable propuesta: visto el primer librito, la colección tiene buena pinta.

Además, para involucrar a los lectores han puesto en marcha un concurso al que han llamado Foto libre. Varias categorías, premios semanales y quincenales de 100€, un premio final de 3000€ y dos finalistas de 1500€… Se trata de un concurso bastante goloso.

Eso sí, nunca está de más leer las bases de cualquier concurso al que nos planteemos presentar alguna imagen. En esta caso, las bases se pueden consultar en la página web del concurso. Así nos podemos enterar, por ejemplo, del enfoque que le dan al tema de los derechos de las imágenes.

[OE]
Antes de hablar sobre ello, cito textualmente el apartado cuarto de las citadas bases:


4. Cesión y autorización de derechos.

La participación en el Concurso supone la cesión y autorización expresa de todos los derechos de propiedad intelectual y de imagen sobre las fotografías enviadas, de forma que el participante cede a MEDIAPUBLI, en exclusiva, con facultad de cesión en exclusiva a terceros, por todo el tiempo permitido por la legislación y para todo el mundo, los derechos de explotación de naturaleza intelectual, industrial y/o de imagen que pudieran corresponderle o derivar de las fotografías enviadas para participar en el Concurso, a modo enunciativo; reproducción, distribución, comunicación pública, transformación y doblaje y subtitulado, en cualquier sistema, soporte o formato conocido o por conocer, sin reserva alguna, para su explotación en todo el mundo y por el máximo plazo de tiempo de protección establecido en la legislación, en cualquier modalidad, entre otras, a título enunciativo y no exhaustivo, en cualquier modalidad cinematográfica, de televisión, telefonía móvil, Internet (a título de ejemplo y no exhaustivo, en los sitios web de YOUTUBE, FLICKR, FACEBOOK, MYSPACE, TUENTI DEVIANTART, TWITTER, www.publico.es, etcétera) y otras tecnologías de comunicación a través de banda, para su recepción en dispositivos fijos o móviles, ya sea para su recepción tradicional o bajo demanda o casi bajo demanda, cualquiera que sea la tecnología utilizada, existente a la firma de las presentes bases u otras que pudieran crearse, a través de merchandising, productos derivados y nuevas tecnologías, y por cualquier otro medio de explotación, tanto de las fotografías enviadas para el Concurso como de cualquier registro audiovisual, secuencia, descartes y fotogramas de las mismas y de las aportaciones particulares y personas que aparezcan en las mismas. La cesión de derechos contemplada, incluye la facultad de copiar, alojar, buscar con metabuscadores, almacenar en caché, envar, transmitir, almacenar, modificar, adaptar, reformatear, comunicar y dar acceso a, analizar y crear algoritmos basados en, etcétera.

Los derechos de explotación en exclusiva citados incluyen igualmente la explotación de forma aislada y su incorporación en otras obras, producciones, publicaciones, emisiones, grabaciones o bases de datos, escritas, sonoras o audiovisuales.

MEDIAPUBLI podrá utilizar los registros audiovisuales enviados de las personas que aparezcan en las fotografías enviadas para el Concurso y de sus autores, su imagen, nombre, fotografías y voces, para fines de información, promoción, desarrollo o explotación del Concurso y del diario PÚBLICO. Asimismo, MEDIAPUBLI podrá solicitar la participación del participante en el Concurso para dichos actos.

Ahí queda eso. Las negritas son mías. Lo habitual es que se cedan los derechos de las fotografías ganadoras en un concurso. En este caso, se ceden los derechos de todas las imágenes que se envíen a concurso. La diferencia puede ser sutil, pero me parece importantísima. Dos reflexiones sobre ello:

La primera, estamos cediendo todos los derechos de nuestras fotografías a cambio de la remota y subjetiva (hay que ser realistas) posibilidad de hacernos con uno de los premios. A su vez, lo más seguro es que no podamos volver a utilizar esa fotografía para otros concursos, así que ojo con lo que presentamos. Siempre hay que valorar si merece la pena deshacerse así de uno de nuestros disparos favoritos.

Mi segunda reflexión, esta vez desde el punto de vista de Público. El periódico (MEDIAPUBLI, legalmente) consigue con este concurso una ingente cantidad de fotografías y los derechos para hacer con ellas lo que considere oportuno. No le sale gratis: paga los premios y lo que le cuesta gestionar el concurso, pero aún así no parece mal precio por una colección de miles de fotografías. No hay que olvidar que un periódico demanda muchas imágenes cada día.

En conclusión: que cada cual valore si le merece la pena concursar. Pero que sepa, eso sí, que al registrarse y aceptar las bases, está regalando sus fotografías, todas las que envíe, ganen o no, a una empresa llamada MEDIAPUBLI. No abusan, avisan. En las bases. Y yo también aviso, sin más.

Seguiremos fotografiando.