Escuchando: For the price of a cup of tea (Belle And Sebastian)
Hay gente que se sabe ganar a pulso las hojas de reclamaciones. Esta mañana me he encontrado con otro caso, clarísimo.
Teníamos un vale que canjear, fruto de un regalo navideño, en la tienda que Banak Importa tiene en Santander. Hemos estado curioseando por su local, hasta encontrar dos artículos que nos han convencido, dentro de nuestro presupuesto. Teníamos que pagar algo más, además del importe del vale, pero merecía la pena.
Uno de los artículos lo cogimos directamente de la exposición de la tienda. Precio marcado: 27,50 . Al cobrarnos, lo incluyen en el ticket de compra con un precio de 29 . Nos damos cuenta, y se lo comentamos a la dependienta. Y nos responde que a ella le consta el precio que le dice el ordenador al introducir el código de barras, y que no lo puede cambiar. Que como están etiquetando la tienda, que igual hay errores.
A continuación, y como si la cosa no fuese con ella, nos pide que firmemos el recibo de la tarjeta. Ignorando nuestros comentarios, nos cobra el precio que ella quiere: 29 .
Esto es, para que no queden dudas: cogemos de su tienda un producto marcado con un precio, con su etiqueta pegada dejándolo bien claro. En caja nos lo cobran a otro precio (superior), a conciencia y sabiendo que han cometido un error al etiquetarlo. Y por supuesto, al pagar y pedir a continuación una hoja de reclamaciones, obtenemos un trato que casi casi se podría calificar de arrabalero y pendenciero («bueno, si es así podéis poner una hoja de reclamaciones«, «ya le contaremos al inspector nuestra versión«.
En fin, sólo es un euro y medio… pero me parece increíble que alguien, sabiendo que lo está haciendo mal, que se ha equivocado, traslade sus errores al cliente, y se gane una hoja de reclamaciones por no ceder. Alucino. Este es uno de esos detalles que da tan mala fama a los comercios de Santander.
Por cierto, que al llegar a casa hemos descubierto que el otro artículo, que nos han traído del almacén o a saber de dónde, tiene un precio en la etiqueta inferior (dos euros, esta vez) al que nos han cobrado. Ahora dudamos si volver el lunes a añadir otra hoja de reclamaciones, o pasar de estar luchando todo el día, y confiar en que con la primera les peguen un toque.
Allá ellos. Tienen al menos una hoja de reclamaciones con un ticket en el que pone un precio, y una etiqueta del mismo producto, con otro valor. Que le cuenten al inspector su película. Y que les aprovechen sus euros de redondeo , pero ojalá les caiga una buena multa. Me alegraría un montón.
Banak Importa. Una tienda donde no hay que ir mirando los precios, por dos razones. La primera, porque son bastante caros, y es un local más apto para caprichos que para compras mirando el euro.
La segunda razón por la que no hay que mirar los precios es porque tienen un valor orientativo. Luego cobrarán otro importe, de manera totalmente aleatoria. E ilegal, claro.
Seguiremos informando.