Escuchando: Mussolini’s Mind (Freak Kitchen)
Van a quitar la estatua, y Don Julián Fernández Fernández no está de acuerdo. El homenaje a Franco desaparecerá de la Plaza del Ayuntamiento de Santander (hasta hace nada, Plaza del Generalísimo) no por cumplir ninguna ley, sino a consecuencia de unas obras de remodelación. Así, perderemos esa peculiaridad que nos convierte en la aldea de Astérix del franquismo.
Curiosamente, a la vez que desaparece este lúgubre símbolo, nos van a plantar en otro punto bien visible de la ciudad una bandera de España tamaño Colón madrileño. Que no es que tenga nada en contra de nuestra bandera (entiendo que ondeará sin pollo), pero estoy seguro de que se acabará convirtiendo en el nuevo punto de reunión de Don Julián Fernández Fernández y sus amigos. Eso si el trapo aguanta: espero que lo hayan calculado todo. Tal y como sopla el viento por esos lares, como se suelte del mástil la bandera, aparece por lo menos en Perejil. Español.
En fin. Cada vez que se quita una estatua de Franco, Dios mata un gatito. Y Don Julián Fernández Fernández, santanderino de pro, se disgusta.
No sé si podré dormir con esta carga de conciencia. Seguiremos informando.