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Escuchando: Music (The Gift)

Desde que conocí los primeros nombres del Santander Summer Festival de este año, tuve grupo favorito. Los he nombrado cada vez que hablaba del festival, y he esperado el día de su concierto como un niño antes de los regalos de Reyes. Por fin, ayer pude comprobar si su directo cumplía mis expectativas.

El día comenzó mal: un tiempo desapacible hizo que cualquier parecido del recinto con el del día anterior fuese increíble. Lluvia, viento, polvo, frío, y detalles que hacían pensar que estaban desmontando el chiringuito antes de tiempo. Hasta desaparecieron las casetas de comida del interior, y hubo que hacer expediciones fuera en busca de bocadillos. Muy mal.

En lo musical, comenzaron la jornada Vyvian, que me decepcionaron un poco en comparación con su magnífico disco. Después, los también catalanes Camping se hicieron con el título de peor concierto del festival. Su post-rock sin inspiración aburrió a los diez minutos y sólo tuvieron público porque fuera de la carpa hacía frío. Quizás en otro momento y en otro lugar se les hubiese podido apreciar más.

Después de ellos, por fin: The Gift. Decir que su concierto me gustó es poco. Salté, boté, canté, admiré, me emocioné. Fueron geniales, mucho mejores de lo que esperaba. El concierto del festival sin ninguna duda. Es totalmente injusto que un grupo así, de su categoría y de procedencia tan cercana -lusos- no tengan -aún- el reconocimiento que se merecen. Su cantante fue fascinante y demoledora (qué voz, qué presencia), y el resto de músicos de la banda consiguió plasmar sobre el escenario sus detalladas composiciones aumentando, eso sí, por mil su intensidad. Pocas veces veré un solo de theremín como ése. La última canción del repertorio tuvo un final incluso destructivo, con sintetizadores y teclados por los suelos. Alguno salió al escenario demasiado motivado.

En el festival de 2005 descubrimos a The Faint. El año pasado, a Editors. Y ayer unas dos mil -valientes pero afortunadas- personas comprobaron cómo se las gastan The Gift en directo.

Una pena que cuando fui al puesto de merchandising a comprar la edición limitada de su dvd, ya los hubieran retirado. Peor aún, esa edición no está publicada en España (sólo una con menos temas tanto en su cd como en su dvd), aunque con un poco de suerte podré tener en breve una copia traída de la bella Lisboa. Ojalá.

En fin. Que sigo emocionado con el concierto. Si alguna vez tienen ocasión de plantarse delante de un escenario donde actúen estos genios portugueses, ni se lo piensen. No me cansaré de recomendarlos.

Seguiremos recordando.

PD: Me alegro de que la única foto decente de conciertos que hice en este festival sea precisamente de ellos. No tuve pase de prensa, y lo eché de menos en ocasiones. Pero agradecí la -rara ya- comodidad de no cargar con tres kilos de material a la espalda, y poder disfrutar de la música sin más preocupaciones. Eso sí, mi cámara pequeña, de emergencia, para estas cosas no da la talla. No me quejo, me salió gratis en uno de esos concursos de fotografía en los que dan los premios, no como otros.