Escuchando: Yoshimi (The Flaming Lips)
Ya hace años que soy adicto a los conciertos, a su ambiente, a disfrutar de la música en directo. Con el tiempo han podido cambiar los estilos y los grupos, pero sigue siendo para mí una necesidad.
Últimamente, además, vivo los conciertos -siempre que puedo- de otra forma: con la cámara en la mano, esperando en el foso a que se apaguen las luces. El ritual es siempre similar: los gritos de los fans de las primeras filas, los aplausos de toda una multitud, el destello de las luces, los bajos retumbando a un metro de distancia, y la carrera contra el reloj para conseguir una foto decente de alguien que no para de moverse, con una iluminación que cambia cada segundo, luchando con otros fotógrafos por hacerse con el mejor ángulo.
Esas descargas de adrenalina condensadas en dos o tres canciones cada día me gustan más.
Seguiremos disfrutando.