Escuchando: Different names for the same thing (Death Cab For Cutie)
El futuro es como el presente, idéntico al pasado. Una vez más se demuestra que Santander es una ciudad de derechas, muy de derechas. Al menos una gran mayoría (absoluta) de sus ciudadanos. Y es curioso porque en el día a día también es fácil encontrarse con mucha gente crítica con nuestro ayuntamiento. Pero parece que a los descontentos les vence la pereza durante la jornada electoral de turno… aunque también puede influir la (evidente) falta de una alternativa seria.
En cualquier caso, los bandos los seguirán proclamando los del mismo ídem. Al menos, eso sí, se renueva el alcalde. Quizás la juventud del que se acaba de ganar el cargo aporte algo de frescura al panorama. Sinceramente, lo dudo, pero de ilusiones se vive.
Son, sin más, reflexiones post-electorales, en uno de esos días en los que resulta que todos han ganado: Nadie dijo que las matemáticas fuesen una ciencia exacta.
Seguiremos informando.
PD #1: Lo mejor de ayer, la reunión de amiguetes después de votar. Cervecitas, rabas, unas tapas, comilona y sobremesa delante de la televisión. Opiniones e ideologías dispares, en la misma cantidad que las bromas y las risas. Ay, si todo el mundo se lo tomase así…
PD #2: No me he recorrido la ciudad buscando los dos carteles más ridículos que pudiese encontrar. No. Las dos fotos que encabezan estas líneas corresponden a la esquina de mi calle. Cuando me lo ponen a huevo, cuesta resistirse.