Escuchando: Africa (Toto)
Hay libros que acaban teniendo historia propia.
Fue hace años, estaba de visita en casa de un amigo en Toulouse, cenando en su casa; sobre la mesa del salón había un libro que me recomendó con entusiasmo.
Tiempo después, de vuelta ya en Santander, pasé por un quiosco y vi allí ese libro. Lo compré. Y lo uní a mi habitual pila de tomos pendientes de leer. La casualidad quiso que en uno de mis siguientes viajes a Toulouse por trabajo, acabase llevando ese libro, precisamente. Estuve un fin de semana sólo por allí, y me acompañó en paseos, me encontré con amigos mientras lo leía, y terminé hablando sobre él con algún camarero de Le Sherpa.
El año pasado, aquel amigo que me recomendó el libro en Toulouse me regaló un ejemplar, con su dedicatoria, por mi cumpleaños. Así que ahora tengo dos. El que viajó conmigo se lo presto a quien tenga curiosidad. El otro, el que me regalaron, no sale de mi casa.
El libro es Ébano, una maravillosa visión, humana y alejada de tópicos, de África. Narrada por alguien que ha vivido allí, que ha trabajado como periodista y corresponsal, que se ha empapado de su Historia y de las pequeñas historias de sus gentes, ha descubierto sus grandezas y compartido sus miserias.
Su autor, ganador del Premio Príncipe de Asturias, es Ryszard Kapuscinski. Me gustaría recomendar toda su obra, pero no puedo: sólo he leído Ébano. Por el momento. Me basta, eso sí, para sentir un inmenso respeto por alguien capaz de escribir, de transmitir, con tanto acierto, ingenio y humanidad.
Ryszard Kapuscinski nos ha dejado esta semana, a los 74 años de edad.
Sirvan estas líneas como pequeño homenaje.