Escuchando: Smoke (Natalie Imbruglia)
Esta semana he estado un par de días sin conexión a Internet en casa. Lo puedo dejar cuando quiera, pero es que no quería. Para calmar la ansiedad de no estar conectado con mi mundo exterior, aproveché para ir preparando mi habitual postal [*] y también para probar algún programa que tenía por ahí. En concreto, uno de grabación de cd’s y dvd’s.
En un PC uso, como casi todo el mundo, Nero. Es completo y me funciona muy bien. Tiene una interfaz complicada, que se puede simplificar con un entorno que hace que parezca «mi primera grabadora de Fisher Price«, no me acaba de convencer. Pero graba, y lo hace bien, que es lo importante.
En Mac, el programa equivalente es Toast, que funciona bien y tiene una interfaz más sencilla y elegante. Como es habitual.
Sin embargo, he probado un nuevo programita que lleva el culto al detalle hasta límites insospechados. Hablo de Disco. Es, posiblemente, una de las aplicaciones más bonitas y sencillas que he visto nunca. Su interfaz negra minimalista puede hacer pensar que es un programa poco completo. Pero nada de eso. Cumple con su cometido a las mil maravillas, y todo de una forma sorprendentemente fácil e intuitiva.
Y echa humo. Sí. Son ese tipo de detalles que nos gustan a los que usamos un Apple. El programa echa humo cuando está grabando. Por encima de su ventanita. El efecto está muy conseguido.
Pero no se vayan todavía, aún hay más. ¿Cómo dispersarían el humo en la vida real? ¿Agitando las manos? Aquí se puede hacer moviendo el ratón por encima. ¿Se puede superar ese nivel de frikismo? Sí, claro. Si se sopla por el micrófono integrado en el ordenador, también se puede mover y hacer desaparecer la humareda.
¿Para qué sirve? Para nada. ¿Me gusta? Sí, claro.
Seguiremos informando.
[*] Próximamente en sus buzones de correo eléctronico. Vigilen que no acabe clasificada injustamente como spam. A finales de año, en todo caso, aparecerá publicada por aquí.