Fiesta en el bloque

Escuchando: Blue Light (Bloc Party)

Inmeso anoche el concierto de Bloc Party. En segunda fila aquello era una fiesta. Los breves teloneros (Sluts of Trust) me dejaron bastante impresionado (eran dos pero sonaban como veinte), y tras ellos, Bloc Party demostrando lo que era de esperar: que tienen un único disco, pero es tan cojonudo que a poco que se esfuercen sobre el escenario se meten a la gente en el bolsillo. Y lo hicieron.

Después del concierto, la noche se siguió haciendo grande. Cervezas, risas, y un Home Bar que se salió en su selección musical: The Cure, The Smiths, Radiohead, Planetas, Depeche Mode…

Seguiremos informando.

Y lo siento por mis vecinos

Escuchando: No more Mr. Nice Guy (Alice Cooper)

Lo siento por ellos pero ayer, por fin, me terminaron de arreglar el equipo de cine en casa. Tras una tarde de trastear con cables y adaptadores varios (nunca había usado fibra óptica en equipos de audio), conseguí conectar los dos dvds, el tocadiscos y el ordenador, y que todo sonase por los seis altavoces. Bien.

El reestreno oficial se llevó a cabo con una Venganza de los Sith alquilada para la ocasión. Sí, aún no lo había visto. No está mal, se deja ver. En versión original, claro.

Y como era ya de noche, no lo puse muy alto. Nada que ver con las primeras pruebas, con el dvd de los Eagles a tope. No vibraban los altavoces. Pero sí la puerta.

Seguiremos informando.

Ridículo teutón

Escuchando: Te quiero puta! (Rammstein)

Hacía mucho, mucho, mucho tiempo que una canción no me hacía sentir tanta vergüenza ajena.

A los alemanes Rammstein les tenía un poco perdida la pista. Me gusta mucho su disco Sehnsucht (el del Du Hast), y Mutter está bastante bien. Su anterior disco no lo he oído, pero estos días publican su nuevo trabajo, Rosenrot.

Sólo con ver la lista de canciones, hay algo que chirría. Un tema llamado «Te quiero puta!» hace temer lo peor. Su comienzo con sonidos a lo mariachi, y una mujer gritando «Adelante, amigos», son malos presagios. Pero cuando llega la letra, ay, cuando llega la letra…

Vamos, vamos mi amorrrrr
Me gusta mucho tu saborrrrr
No, no, no, no tu corrrrrazón
Mucho, mucho tu limón (¿?)
Dame de tu frrrrruta
Vamos, mi amorrrr

Te quierrrro puta!
Te quierrrro puta!

(coro femenino chillón: aaaaaah, que ricoooo)

Y aunque parezca increíble, eso no es lo peor. Si se tiene estómago para seguir escuchando, se llega a un lamentable pasaje, con coros femeninos 100% verduleros, gritando:

Más, más, más, por favor
Más, mas, más, sí, sí, señor

En fin. Lamentable. Bochornoso. Lo peor que he oído procedente de Alemania desde que en aquella película Franka Potente se puso a cantar saetas en alelmán, en plena semana santa sevillana.

Ach so. Seguiremos informando.

Esto no es una salida

Escuchando: Mi Marilyn particular (Nacho Vegas)

«Así de pronto amanecí en un inmenso corredor. Miré a ambos lados y vi solamente puertas, y en cada una de ellas grandes letras rezaban así: ESTO NO ES UNA SALIDA«

Cuando uno tiene un martillo en la mano, todo le parecen clavos. Y cuando uno se compra un tocadiscos, no hace más que descubrir lanzamientos en vinilo. Nacho Vegas ha sido el último, ha editado un EP con un tema -genial- de su último disco, y cinco canciones inéditas, en vinilo y en CD, todo por el mismo precio. Ah, y un breve relato, también.

Seis canciones para disfrutar de este peculiar cantautor, seis historias ambiantadas en ciudades Norteñas, historias de desamor, de amor, de absurdidad, de mujeres cuyo nombre empieza por M, de últimos bailes y de oraciones, de playas y de vientos del Sur.

«Yo jamás imaginé que un poco de amor le podía a uno causar tanto, tanto dolor, ¿Cómo iba a adivinar que podía hacerme daño alguien que era irreal? Y la puerta se cerró, y así mismo te perdí, Marilyn…«

PD: No sé si servirá para algo, si será oficial o sólo una broma, pero hoy ha aparecido esta encuesta. Se supone que es para elegir al artista que tocará en la fiesta que se organiza en Santander como alternativa a la champanada navideña del día de las vacaciones. Voten, voten porque quizás consigamos que estas navidades tengamos a Nacho Vegas y a Iván Ferreiro para hacernos olvidar los omnipresentes villancicos. Eso sí, si traen a Melendi, me voy a la champanada y me doy a la bebida.

Atrapado por este río

Escuchando: By this river (Brian Eno)

A veces pasa. Me pasa, al menos. Estoy pensando en cualquier cosa, y de repente ahí está: una imagen; o un recuerdo; o una canción.

Miro a mi alrededor, busco el detalle que ha provocado ese cruce de cables, esa asociación de ideas, a veces lo encuentro; muchas otras, no.

Hoy ha sido una canción, se me ha plantado delante, y no he tenido más remedio que volver a escucharla. Una vez, dos; tres; unas cuantas. Y sin razón aparente, me he acordado de cuando la descubrí en una de mis visitas solitarias a la Filmoteca.

La película era, es, con diferencia, la más triste que he visto nunca. Y esa canción, allí en medio, metida con calzador en la banda sonora, se me clavó sin remedio. La llevaba dentro, y hoy ha salido.

Here we are stuck by this river
You and I underneath a sky
That’s ever falling down down down
Ever falling down

Through the day as if on an ocean
Waiting here always failing to remember
Why we came came came
I wonder why we came

You talk to me as if from a distance
And I reply with impressions chosen
From another time time time
From another time.

Seguiremos recordando…

Aquí nunca llueve

Escuchando: It never rains (Dire Straits)

No. nunca llueve. Sólo diluvia. Lo malo de ir andando a una feria de discos en una sala apartada del mundanal mundo, es que si llueve un poco a la salida, te empapas de vuelta a casa.

Y ya, si llueve como hoy, ni les cuento. La bolsa de la cámara es bien impermeable, eso sí. Por ahí anda, secando…

Caladuras aparte, a eso he dedicado la tarde de hoy, a ojear vinilos, y a gastarme los cuartos en unos cuantos. Kansas, Dire Straits, Police, Magna Carta… y hasta el Achtung Baby de U2. Poco a poco va creciendo la colección. La feria ha estado bien, la verdad. Había variedad, había gente, había ambientillo… e incluso he podido saludar a algún lector, un placer, oiga.

Y si la tarde ha sido discográfica, la mañana ha sido fotográfica. Fotografiar niños puede parecer difícil, pero lo es mucho más.

Y como tengo sueño, y mañana madrugo, paso de extenderme ahora hablando de los nuevos iPod o los iMac presentados hoy. Como siempre, me encantan, son geniales, quiero uno de cada, etc. Ya saben, nunca he sido objetivo con estas cosas… ¿o sí? No sé, da igual.

Seguiremos informando.

Houston, tenemos un poema

Escuchando: Me llaman Octubre (Love of Lesbian)

Houston, tenemos un poema…

Cuando uno se encuentra en un disco una canción con ese título, es inevitable escucharlo con ganas y curiosidad. No es el único nombre de canción llamativo: Carta a todas tus catástrofes, Domingo astromántico, Mi primera combustión, Marlene la vecina del ártico… temas de Maniobras de escapismo, el nuevo disco de los catalanes Love of lesbian. Disco en el que se pasan al castellano, y de qué manera.

En tiempos de triunfos operacionales y artistas de karaoke, es una auténtica delicia encontrar un disco como éste, cuidado al máximo en todos los detalles, con letras originales -y desquiciadas en ocasiones- y que entra a la primera. Muy recomendable.

Y es que eso de original parece que no se lleva. Siempre es más cómodo dejarse llevar por la corriente. O plagiar, directamente. Alucinen con esta selección (y su segunda parte) de canciones sospechosamente similares a otras.

Hay algunas que tienen un aire sospechoso. Un par de ellas están traídas por los pelos. Pero hay otras que son escandolosamente llamativas. Y lo de esa letra de Orozco es increíble, por ejemplo. Qué morro le echa la gente…

Seguiremos informando

¡Yo quiero uno! ¡tres! ¡los seis!

Escuchando: A Forest – Tree Mix (The Cure)

Gracias a Xataka, he descubierto hoy los Cubees: algo tan, tan, tan friki, que sólo puede venir de Japón.

A ver. Se trata de cubitos de plástico con cara de animal, que cantan canciones. Vamos, el típico juguete que uno se puede encontrar en un todo a euro. Bueno, vale, cantan las canciones imitando el sonido del animal al que representan. Aún así, no dejaría de ser una tontería.

Pero es que la cosa tiene su miga. Si se apilan, en forma de pirámide (con tres o con seis animales), el de arriba canta y los de abajo hacen los coros, perfectamente sincronizados. Hay un vídeo en la página donde los venden, que merece la pena ver. Yo me he descojonado, vaya.

Creo que el que más gracia me he hecho ha sido el cerdo, ¿y a vosotros?

Seguiremos informando.

PD: Una pena no haber descubierto esta página antes. Este tocadiscos que venden es más barato que el que compré yo, y además tiene un irresistible aire retro.