Más bicicletas aumentadas

Escuchando: Bicycle Race (Queen)

Captura de pantalla de Layar Santander Bici

Otros años por estas fechas suelo preparar una capa de realidad aumentada con la que obtener información sobre casetas de pinchos en la Semana Grande de Santander. Esta vez no será así: el Ayuntamiento ha anunciado que se publicará una aplicación oficial con toda esa información, así que retiro mi contribución desinteresada al estar cubierta la necesidad.

Mientras tanto, sigo trabajando con mis experimentos sobre Realidad Aumentada, esa manera de acceder a información de nuestro entorno a través de teléfonos y dispositivos móviles cada vez más comunes. En concreto, he estado actualizando mi «capa» de Realidad Aumentada más antigua, la relacionada con el mundo de la bicicleta en Santander.

Para los nuevos: con esta capa (un conjunto de datos accesibles desde el móvil, geoposicionados y superpuestos a su ubicación real cuando enfocamos con la cámara) se puede conocer la posición y estado de las estaciones de préstamo de bicicletas municipales, así como la ubicación de aparcabicis repartidos por la ciudad. Permite responder a preguntas cómo ¿cuál es el aparcamiento más cercano para mi bicicleta? ¿dónde puedo alquilar una bici municipal? ¿hay bicis disponibles? ¿y el punto más cercano para devolver una?

Con la nueva revisión, he completado la información disponible, mejorado los iconos, aumentado las plataformas compatibles, depurado el tratamiento de datos para hacerlo más rápido y fiable, y aumentado las maneras de acceder a la capa en Layar.

Voy a explicar brevemente las novedades…

Tradicionalmente, para acceder a esta capa era necesario usar la aplicación gratuita y multi-plataforma Layar en nuestro móvil. Esto sigue siendo así, aunque he añadido una alternativa, como indicaré más adelante.

En Layar se pueden cargar distintas capas temáticas (hay muchas disponibles). La relativa a las bicis en Santander se llama Santander Bici y hay que cargarla desde la aplicación para comenzar a usarla. Se puede realizar una búsqueda (y añadirla a nuestras capas favoritas para tenerla a mano) o, en el caso de los teléfonos con Android, se puede instalar esta aplicación que la carga automaticamente.

Sorpresa, también existe una forma más intuitiva de comenzar a usar la capa de Realidad Aumentada: si tenemos una tarjeta de abonado del servicio de alquiler de bicis, o nos acercamos a una estación de préstamo, podremos acceder a la Realidad Aumentada sencillamente apuntando con la cámara de nuestro móvil al abrir la aplicación Layar, así:

Captura de pantalla de Layar Santander Bici

Captura de pantalla de Layar Santander Bici

La tarjeta de abonado o la placa informativa de la estación se convertirán en enlaces para comenzar a consultar información «aumentada». Fácil y divertido.

Dentro de la capa, además de cambios internos en la programación, hay algunos más evidentes: en las estaciones de préstamo ahora hay botones para llamar al servicio de asistencia o enviarles un correo electrónico (además del que ya existía para visitar la web del servicio). Los iconos con los que se indica la presencia de un punto de préstamo también han cambiado: ahora muestran dos flechas (una para las bicicletas y otras para las bornetas -puntos de anclaje para devolverlas-) de color verde o rojo según su disponibilidad en cada caso. Si las dos flechas son verdes, por ejemplo, quiere decir que esa estación tiene bicicletas disponibles y espacio para devolverlas.

Capturas de pantalla de Layar Santander Bici

Para usar todo lo anterior es necesario usar la aplicación Layar. Es gratuita y funciona muy bien, pero… ¿es la única alternativa? No, existe otra aplicación bastante extendida, que persigue el mismo fin, llamada Wikitude. ¿Es compatible mi capa de Realidad Aumentada con Wikitude? Desde ahora sí. En Wikitude estos conjuntos de datos no se llaman capas, sino mundos… y el mundo Santander Bici se puede utilizar también desde Wikitude, con la misma información.

Captura de pantalla de Wikitude Santander Bici

Captura de pantalla de Wikitude Santander Bici

A partir de ahora mis capas de Realidad Aumentada serán compatibles con ambas aplicaciónes, y todas mis herramientas de creación de puntos de interés serán válidas para Layar y Wikitude.

Capturas de pantalla de Wikitude Santander Bici

Si alguien se anima a probar estas aplicaciones, cualquier comentario o sugerencia será bienvenido. Igualmente, si alguien conoce algún aparcamiento que no aparece entre mis datos, que me lo indique y lo incluiré rápidamente. Me gustan los experimentos, especialmente cuando pueden ser prácticos. Si hay gente que lo usa, ya ha servido para algo.

En fin, esto es la Realidad Aumentada: una tecnología cada vez más común, y para la que no es necesario hacer grandes desembolsos ni desarrollos específicos si se sabe aprovechar lo ya existente. Hay gente que lo vende -y lo compra- como el futuro (el Ayuntamiento de Santander, sin ir más lejos) pero la realidad, sin aumentar, es que hace años que se usa. Incluso en Santander.

Yo seguiré con mis pruebas y mis experimentos para poder ofrecer un producto sencillo y fiable. Si alguien tiene una idea, o algún negocio que pueda complementarse con datos geoposicionados, podemos hablar. Quizás descubra que es más sencillo y económico de lo que parece disponer de una herramienta así.

Seguiremos informando.

PD: Hablando de bicicletas… hasta el momento ni el Ayuntamiento ni la empresa concesionaria han respondido a mi carta preguntándoles por la subida de precio del 144% que han aplicado al servicio de préstamo.

Cambio de tarifas en el servicio de préstamo de bicicletas

Escuchando: Bicycle Race (Queen)

Ante el inexplicado incremento de precio del servicio de préstamo de bicicletas en Santander, he remitido la siguiente carta tanto al Ayuntamiento como a la empresa que presta el servicio. Veremos si recibo alguna respuesta.

Buenos días,

Remito este escrito al servicio de información del Ayuntamiento de Santander (en concreto dirigido a la concejala de Movilidad Sostenible, Dinamización Social, Inmigración y Cooperación al Desarrollo, Dña. Carmen Ruiz Lavín), y al servicio de atención al cliente del servicio de préstamo de bicicletas TusBic, en relación con la modificación de las tarifas de dicho servicio.

En concreto, en la página web del servicio aparece una noticia con fecha de 25 de junio de 2012, en la que se detalla que a partir del 2 de julio de este año se modifican las tarifas del servicio.

http://www.tusbic.es/Revista/Noticias/Actualizacion-de-tarifas-TusBic

Los precios se incrementan como se detalla a continuación:

– Abono diario: pasa de costar 1 € a costar 1.52 €. El incremento de precio es de un 52%.

– Abono semanal: pasa de costar 5 € a costar 7 €. El incremento de precio es de un 72%.

– Abono anual: pasa de costar 10 € a costar 24,41 €. El incremento de precio es de un 144%.

Ante estas sorprendentes subidas de precio, en especial en el caso del abono anual, los usuarios deberían recibir algún tipo de explicación o justificación. El servicio no ha variado apenas desde su puesta en marcha, habiéndose incrementado únicamente en dos estaciones de préstamo (las situadas en el Parque Científico y Tecnológico), sin extenderse a otras zonas de la ciudad para convertirlo en un medio de transporte eficaz y práctico. Es más, durante los años de funcionamiento de servicio las bicicletas han sufrido el paso del tiempo y las condiciones de la intemperie, con un mantenimiento muy básico, encontrándose en un estado muchas veces discutible (frenos poco eficaces, cambios no ajustados, óxido, elementos sueltos o con holgura, etc).

En resumen: idéntico o peor servicio, y precios incrementados un 144%. Precios, por cierto, sólo correctos en la página web del servicio TusBic. En la página web del Ayuntamiento de Santander, dentro de la Concejalía de Movilidad Sostenible, siguen apareciendo las tarifas anteriores.

Información sobre el servicio en la página web del Ayuntamiento

Por todo lo anterior, les agradecería que tanto desde la empresa JCDECAUX, concesionaria del servicio, como desde el Ayuntamiento, me ofreciesen su explicación ante las nuevas condiciones de un servicio que se ha visto publicitado muchas veces desde el consistorio y desde artículos en prensa, pero que ha sufrido este importante cambio de tarifas de manera muy discreta, sin más aviso a los usuarios y a la ciudadanía que una escueta noticia en su web.

Atentamente,

Roberto Ortiz
Usuario de abono anual de TusBic.

Bicicletas aumentadas

Escuchando: Bicycle Race (Queen)

Logotipo de mi capa

Vuelvo al ataque: después de jugar con la realidad aumentada en las casetas de pinchos durante la Semana Grande de Santander, acabo de publicar una nueva capa para el navegador Layar. Esta vez con iconos personalizados e información práctica en tiempo real.

Para los que se hayan perdido: Layar es una aplicación gratuita disponible para móviles iPhone y Android, que nos permite observar la realidad con otros ojos. Se usa la cámara del móvil para explorar nuestro entorno, pero el programa superpone información que nos pueda ser de interés. El tipo de información que nos muestra depende de la capa que tengamos cargada en ese momento: información turística, restaurantes ceranos, etc. Además, nos puede guiar hasta ese punto, o podemos llamar por teléfono, consultar una web relacionada…

En este segundo experimento me he centrado de nuevo en la información local, y en concreto en el mundo de la bicicleta en Santander: carriles, aparcamientos y estaciones de alquiler.

Para poder probarlo, es necesario tener instalado Layar (gratuito, se consigue a través de la tienda de aplicaciones de Apple o de Android, según el caso). Una vez en nuestro dispositivo, basta con buscar la capa santanderbici, o buscar entre las capas locales (sólo aparece en el listado cuando nos encontramos en Santander o alrededores).

A partir de entonces ya podremos explorar, pudiendo además refinar la búsqueda de puntos de interés: podemos solicitar que nos muestre puntos de todo tipo, o sólo algunos de ellos (aparcamientos, carriles, estaciones); podemos indicar la distancia máxima a la que queremos buscar, o incluso añadir palabras clave a la consulta.

En el caso de las estaciones municipales de alquiler de bicicletas (TusBic) además de informar sobre su posición incluyo los detalles en tiempo real sobre su estado: bicis disponibles o huecos libres para aparcar. Oficialmente la empresa que lo lleva sólo ha lanzado una aplicación para iPhone que ofrece esta información. Gracias a Layar y a mi capa los usuarios de Android ya no estamos discriminados, y tanto unos como otros tienen acceso a muchos más puntos de interés.

Capturas de pantalla

Por ejemplo, algunas situaciones que nos puede resolver esta capa son:

– Quiero alquilar una bicicleta municipal, ¿cuál es la estación más cercana? ¿tiene bicicletas disponibles?

– He alquilado una bicicleta municipal y tengo que devolverla. ¿Hay huecos en la estación que me interesa? Si no es así, ¿cuál es la siguiente más próxima?

– Quiero buscar un aparcamiento para bicicletas en el Sardinero. ¿Cuál es el más cercano? ¿cómo llego hasta allí?

– Acabo de alquilar una bicicleta y quiero saber cuáles son los carriles-bici más próximos, y hasta dónde llegan.

A mí, personalmente, me parece práctico y pienso utilizarlo a menudo. Como en la anterior ocasión, las pruebas, sugerencias y comentarios serán siempre bienvenidos; y si alguién conoce algún punto de interés que no aparezca en el listado, que me avise para incluirlo.

Seguiremos pedaleando.

PD: Al César lo que es del César; gran parte de los puntos que aparecen en la capa han salido de observaciones propias, pero los he completado gracias al trabajo de algunas páginas de la región que se dedican a difundir todo lo relacionado con este tema. Mención especial por tanto a Santander en bici y a su gran mapa, y al listado de aparcamientos de Cantabria ConBici; gracias a ellos descubrí puntos que no conocía…

Se acerca la hora de pagar

Escuchando: Bicycle race (Queen)

El servicio de alquiler de bicicletas de Santander se puso en contacto con los usuarios (por correo electrónico) para notificar que a partir del 1 de diciembre el servicio dejará de ser gratuito. A pesar de que se había anunciado desde el principio, y de que incluso se ha retrasado la fecha de este cambio, a muchos parece haberles cogido por sorpresa.

Lo que es sorprendente es lo mal que siguen haciendo las cosas desde la empresa JCDecaux, desde el Ayuntamiento, o desde ambos sitios. El correo con la notificación incluía dos ficheros adjuntos: un archivo de Word (qué cutres) con los nuevos precios, y un archivo en formato PDF (mucho mejor) con las instrucciones para solicitar la nueva tarjeta.

Esa es una novedad curiosa: los que tenemos un abono anual, tenemos que solicitar una nueva tarjeta, aunque la mía no caduque -por ejemplo- hasta agosto del año que viene. Es un gasto un poco estúpido, pero no pasa nada: lo pagamos los usuarios… 10 € por el abono anual, 3 € por expedir la tarjeta nueva, y 1 € más por «actualización de datos bancarios«. Sin comentarios.

Para obtener la nueva tarjeta, según el correo que me enviaron el 16 de noviembre, hay que volver a registrarse en el sistema, pero ahora la página web permitirá meter los datos de la tarjeta de crédito (antes había que imprimir un formulario, rellenarlo a mano, y enviarlo por correo postal, todo muy de este siglo). Las tarjetas actuales, como cortesía, funcionarán hasta fin de año, para que los usuarios tengamos tiempo de solicitar y recibir (20 días después) las nuevas.

El mismo 16 de noviembre intenté solicitar la nueva tarjeta. No hubo manera: lo que aparecía en la página web no se correspondía con lo que contaban en el manual en PDF. Al intentar registrarme, me seguía apareciendo el proceso antiguo, con su descarga de formulario y tal. Les escribo para preguntarles, y recibo una respuesta rápida (y no recursiva, al menos):

A partir del día 24/11/09 deberá usted solicitar su nueva tarjeta Tusbic a través de nuestra web www.tusbic.es. Le comunicamos que este trámitte será totalmente on line.

Perfecto. Mandan un correo con unas instrucciones, y resulta que sólo se pueden seguir 8 días despúes. Y me entero porque me molesto en preguntarles. Nuevamente, sin comentarios. Llegó el día 24, y la página seguía sin mostrar cambios, y sin dejar registrarme. Vuelvo a preguntarles y me vuelven a contestar:

Quisiéramos agradecerle que haya contactado con nosotros, indicarle que debido a un acuerdo con el Ayuntamiento de Santander, la página web estará disponible a partir del día 1 de Diciembre, por lo que es en esa fecha cuándo podrá tramitar su nuevo abono. Rogamos disculpe las molestias.

Como lo sigan retrasando, nos van a llegar las tarjetas después de las uvas, literalmente. Por supuesto, todos estos nuevos plazos los sé por mis consultas; ellos no se han molestado en poner ninguna fecha en su página web, ni han vuelto a enviar ningún correo con las novedades.

El servicio está funcionando razonablemente bien, aunque últimamente falla mucho la estación nº 13 (la que yo suelo usar para coger bicis), perdiendo la conexión a Internet cada dos por tres (y cuando la pierde, no se pueden coger ni devolver bicicletas). Por lo que me dijo uno de mantenimiento el otro día, la culpa es de Vodafone. Y si no, será de la capa de ozono o algo.

En cualquier caso, las bicicletas se siguen usando, supongo que también gracias al buen tiempo que estamos teniendo este otoño por aquí. Eso sí, con las nuevas tarifas en las que será gratuita sólo la primera hora de uso, se potencia que se utilice como medio de transporte público, no de diversión o de paseo (por fin se acabará lo de ver bicicletas candadas durante horas a una farola). Un detalle que el Ayuntamiento parece haber olvidado: las estaciones de bicicletas siguen alejadas del centro, las obras de remodelación de la Plaza del Ayuntamiento y otras calles cercanas del centro terminan sin que se hayan tenido en cuenta ubicaciones para más bicicletas, aparca-bicis o carriles, y aún así, se supone que hay una concejalía de movilidad sostenible. Quién lo diría.

A veces pienso que esto de las bicicletas en Santander ha sido una apuesta del equipo del nuevo alcalde que les ha quedado muy grande. Quizás no pensaban que se iban a usar tanto, quizás no pensaban que nos lo íbamos a tomar en serio, pero ahora que han llenado (es un decir) la ciudad de bicicletas, resulta que no saben qué hacer con ellas, ni cómo. Bueno, ni con las bicicletas, ni con los coches, ni con las plazas de aparcamiento. Y a base de palos de ciego es difícil hacer las cosas con coherencia y sentido común.

En fin. Seguiremos informando

Comentarios sobre dos ruedas

Escuchando: Las malas lenguas (Love of Lesbian)

Finalmente puedo opinar con (más) conocimiento de causa sobre el funcionamiento del servicio municipal de préstamo de bicicletas en Santander, asunto al que ya dediqué bastantes líneas.

Unos 15 días después de enviar toda la documentación por correo postal, recibí en casa la tarjeta necesaria para utilizar el servicio. Se trata una tarjeta anual, la única modalidad con la que no se cobra ningún tipo de fianza absurda. Comprobado: ni un euro. La tarjeta funciona por contacto, por lo que con acercarla al poste informativo de cada estación nos identificaremos. El proceso para retirar una bicicleta es un poco lioso pero funciona.

Las bicicletas están bastante bien, aunque ha habido días que he echado en falta algo más de mantenimiento: sillines inamovibles, cambios ruidosos que parecían a punto de explotar, ruedas sin aire… hay que comprobar bien la bicicleta antes de retirarla. De momento también se puede devolver al instante y coger otra, pero calculo que eso cambie cuando en octubre se comience a cobrar por el servicio. Las bicis se pueden tener un día entero, por lo que la gente las deja aparcadas donde pilla, sin preocuparse. Calculo que cuando se cobre, se conviertan más en un medio de transporte puntual que en un divertimento.

Dicen que montar en bicicleta no se olvida. Es cierto, aunque se oxida. Yo no había cogido una desde que era niño (y pequeño) y los primeros días los obstáculos no hacían más que ponerse delante de mis ruedas. Nada grave. Ahora no es que ande muy suelto, pero me defiendo. El carril bici del Parque de Las Llamas me sirvió para entrenar un poco sin tener que andar esquivando gente.

Por supuesto, ya he comprobado el estado de algunos carriles-bici de la ciudad, sobre todo el que une el centro con la playa de Los Peligros. En algunas zonas, un repaso al firme no le vendría nada mal. Aunque lo más necesario es una campaña de concienciación para que la gente sepa qué significa un carril bici: he tenido que esquivar coches mal aparcados, coches de policía multando a coches mal aparcados, coches invadiéndome para maniobrar, caravanas, autobuses, y hasta una tabla de windsurf. Y por supuesto, peatones, muchos peatones. Los hay que se apartan con los timbrazos, pero también están los que miran con malos modos. Y es que, señores, esta ciudad da asco tantas veces…

Ejemplo 1. Comentario pillado al vuelo, al pasar con la bici por delante de unas terrazas de una calle peatonal muy ancha: «‘¡Tenían que ir por la carretera!«. En esa calle peatonal hay una estación de bicis, y la carretera está debajo, en un túnel subterráneo. No lo veo.

Ejemplo 2. Dos chicas paseando por el carril-bici, por todo el medio. Timbre. No se apartan. Timbre. No se apartan. Me salgo a la carretera, mientras les digo «Dejad, que ya me aparto yo«. Comentario de una de ellas: «¡Desde que han puesto el carril-bici no se puede ir por ningún lado!«. ¿Se puede ser más absurdo?

Ejemplo 3. Protestas por pasar con la bici por el mercado medieval que este fin de semana animaba una zona de la ciudad. Mercado que había que atravesar para llegar a la estación de bicicletas más grande y céntrica de la ciudad.

Ejemplo 4. Para rodear el susodicho mercado medieval, vamos -desmontados- por una zona peatonal más estrecha. Un imbécil en coche se salta el semáforo que íbamos a cruzar y una señora (señorona, más bien) se pone a despotricar, con razón. Pero con tanta indignación que no hace más que cruzarse y me deja con la bici en la carretera, bloqueándome la acera, cuando el semáforo se abre para los coches. Al moverme para meterme en la acera, la rozo con la rueda en la pierna. El horror. El horror. A pesar de que le pedí inmediatamente perdón (aún pensando que tuvo su parte de culpa) empezó a gritarnos, soltando perlas que me parecían increíbles por el exceso de tópicos. Nos gritaba que ella era de Santander de toda la vida, que éramos unos maleducados y que nos comprásemos una bici y nos fuésemos a montar a nuestro pueblo, que ésto lo pagaban los de Santander (por ir en pantalones cortos y sin afeitar debía de parecer foráneo). Cuando pasó directamente a los insultos (muy desagradables para alguien que nos tachaba de maleducados) acabé gritándole a la puta cara que tuviese un poco de respeto. Suelo ser educado con las personas mayores, pero juro que ésta señora, de Santander de toda la vida, se merecía un sopapo en toda la cara. Zas, en toda la boca. Tuvimos que parar y esperar a que se perdiesen la señora, sus gritos y sus aires de mear colonia. Gente como ella es la que hace que esta ciudad apeste. Ojalá se le caiga el café encima cuando se siente en esas terrazas viejunas donde lo más rancio de Santander se sienta a cotillear y a lucir los trapos de marca.

En fin: que lo de moverse en bici está muy bien, aunque la ciudad aún no está preparada para ello, y mucho menos algunos de sus estúpidos habitantes. Ya que me he perdido la de agosto, habrá que unirse a la masa crítica de septiembre.

Seguiremos informando.

Más sobre las bicis: unas palabras de la concejala

Escuchando: Bicycle race (Queen)

Parece que las cosas de palacio realmente van despacio, pero le ponen empeño al menos. Hoy, 20 días después, he recibido respuesta de mi correo electrónico sobre el tema del préstamo de bicicletas. Me ha contestado, eso sí, la concejala de Movilidad Sostenible en persona. Y lo ha hecho con entusiasmo. Gritando, parece: el texto está completamente en mayúsculas. Por eso, en lugar de transcribirlo entero (espanto), citaré tan sólo algunas frases. Por ejemplo, comienza así:

EN PRIMER LUGAR ME GUSTARIA DARTE LAS GRACIAS POR TUS APORTACIONES, YA QUE SIEMPRE QUE SE HACEN EN POSITIVO AYUDAN A MEJORAR LOS SERVICIOS.

Correcto, esa es la idea y me alegro de que así haya sido entendida. Me contesta a continuación acerca de los carriles-bici. Dice que se están ejecutando aquellos que (creen) pueden ser utilizados por el público más potencial: los jóvenes.

SE TRATA DE UNIR EL PARQUE DE LAS LLAMAS, LA UNIVERSIDAD, EL CAMPO DE FUTBOL, EL PALACIO DE DEPORTES, LAS PLAYAS Y EL CENTRO DE LA CIUDAD.

Bien, no es mala estrategia, salvo que el eslabón más débil de la cadena, el último citado, es el más complicado, el más necesario y en el que menos se aprecian los avances. Unir el centro de la ciudad con las playas, la universidad, el campo de fútbol… sí que dará sentido a toda esa estrategia y la hará útil, pero… ¿para cuándo?

ENTRE LOS PROYECTOS FUTUROS ESTA […] UNIR LA AVENIDA DE LOS CASTROS CON PUERTO CHICO A TRAVES DEL TUNEL DE TETUAN Y HACER UN CARRIL BICI POR EL CENTRO DE LA CIUDAD.

Muy bonito todo, pero hay que añadir siempre el toque de realismo necesario:

SON PROYECTOS QUE POCO A POCO IREMOS LLEVANDO A CABO, YA QUE HAY QUE TENER EN CUENTA LAS POSIBILIDADES ECONOMICAS, UNIDAS A LA DIFICULTAD DE ENCAJAR, EN ESTA CIUDAD NUESTRA CON CALLES TAN ESTRECHAS, LAS NECESIDDAES DE PASEO, LOS APARCAMIENTOS Y LOS CARRILES BICI, ASUNTO NADA SENCILLO.

Nadie ha dicho que fuese fácil, en efecto. Pero si se llena la ciudad de bicicletas promovidas por el Ayuntamiento, es porque se apuesta por ellas como medio de transporte, así que habrá que esforzarse y dedicar dinero a que así sea.

Ahora viene mi parte preferida del correo electrónico, cuando habla del préstamo de bicicletas y de la supuesta fianza cobrada por la empresa adjudicataria.

EN CUANTO AL TEMA DE LAS BICIS DE ALQUILER, TIENES TODA LA RAZON, NO TIENE NINGUN SENTIDO QUE AQUELLAS PERSONAS QUE TIENEN ABONO ANUAL Y POR TANTO LA EMPRESA CUENTA CON TODOS LOS DATOS PERSONALES DEL ABONADO SE LES RETENGA LA FIANZA.

POR ESO, DESDE EL PRINCIPIO, AUNQUE EN OTRAS CIUDADES SI SE COBRA, AQUI PUSIMOS COMO CONDICION QUE PARA AQUELLOS QUE TIENEN EL ABONO ANUAL NO HAYA FIANZA Y ASI ES COMO FUNCIONA DESDE EL PRINCIPIO.

Las negritas son mías. No deja de ser una respuesta esclarecedora, sobre todo si la comparamos con la que recibí de la empresa JCDecaux:

Le informamos que, con los datos de vandalismo registrados durante este primer año de actividad y tomando en consideración las peticiones que se han recibido, se ha decidido llevar a cabo esta mejora de manera inmediata, que se aplicará únicamente a los usuarios anuales del sistema y siempre y cuando se mantengan los niveles de vandalismo actuales del sistema.

Curioso, ¿verdad? Creo que responderé a la concejala para agradecerle sus respuestas, y de paso le enseñaré esta otra forma de ver el asunto de las fianzas. A ver si así me entero de quién me está contando la verdad, y quién películas.

ASI QUE ANIMATE Y SACA TU ABONO ANUAL PORQUE NO SE HACE NINGUN TIPO DE RETENCION.

Ya lo hice, concejala, ya lo hice. Estoy a la espera de noticias.

Seguiremos informando.

Lo que dicen los señores de las bicis

Escuchando: Bicycle race (Queen)

Después de mis reflexiones sobre el sistema de préstamo de bicicletas en Santander, me decidí a escribir un correo electrónico al ayuntamiento y a la empresa adjudicataria, comentándoles mi opinión.

En concreto, felicitaba al ayuntamiento por la iniciativa, pero señalaba lo queda por hacer en términos de carriles para bicicletas y el enfoque poco práctico de los existentes. También mostraba mi perplejidad por el hecho de cobrar fianzas de 150 € incluso a los usuarios del abono anual, que tienen que mandar por correo postal sus datos bancarios, fotocopia de DNI… En caso de desperfectos, robo, etc., ya tienen todo lo que necesitan para reclamar, así que lo de la fianza, les decía, me parece abusivo.

Todo esto lo envié con toda cortesía a la dirección de contacto del ayuntamiento de Santander, y a la de contacto de TuSBic, el nombre del servicio aquí, gestionado por la empresa francesa JCDecaux.

Diez días después no había recibido respuesta ni de unos ni de otros. Mal. No soy persona asequible, y menos al desaliento, así que les reenvié el correo a ambos destinatarios. Finalmente, dos semanas después de mi primer intento, JCDecaux se dignó a contestarme. Transcribo:

Estimado señor Ortiz,

Acusamos recibo de su correo electrónico del pasado 1 de julio, a través del cual nos realiza una serie de propuestas de modificación del sistema, persiguiendo el objetivo de mejorar en lo posible el funcionamiento global del mismo.

Queremos destacarle, antes de nada, que el sistema está diseñado para que nunca se realicen cargos en las cuentas corrientes de los usuarios; a día de hoy, lo que se aplica es una reducción del límite de crédito disponible en la cuenta, sin que suponga desembolso alguno.

Entendemos perfectamente su propuesta de eliminación de la fianza de 150 Euros. Por ello le informamos que, con los datos de vandalismo registrados durante este primer año de actividad y tomando en consideración las peticiones que se han recibido, se ha decidido llevar a cabo esta mejora de manera inmediata, que se aplicará únicamente a los usuarios anuales del sistema y siempre y cuando se mantengan los niveles de vandalismo actuales del sistema.

Estamos a su disposición para cualquier otra aclaración adicional que pudiera precisar y aprovechamos para enviarle nuestros más cordiales saludos.

Bien. Por partes. Lo que dicen de que no cobran, sino que reducen el crédito… pues vale. No me saca de nada porque le tengo alergia a las tarjetas de crédito, y las que uso son siempre de débito. Por eso, en mi caso concreto, si me cobran una fianza lo harán quitándome el dinero. Pero bueno, si con tarjeta de crédito es como dicen, habrá que creerlo. ¿Alguien ha tenido alguna experiencia al respecto y lo puede confirmar?

Sobre lo que cuentan de las fianzas para abonos de larga duración me llama poderosamente la atención que se utilice el término (bajo) nivel de vandalismo en lugar del (alto) nivel de civismo, pero es una cuestión de punto de vista. De todos modos, era lo que pretendía: que me confirmasen por escrito que no están cobrando las fianzas en esos casos. Tampoco es que me saque de mucho, porque ya afirman estar haciéndolo no como norma sino como favor y sólo mientras todo el mundo siga siendo igual de cívico (o poco vándalo, mejor dicho). Vamos, que si empiezan a cobrar fianzas podrán sacarse razones de la manga.

Con todo esto me dije: ¡qué carallo! Probemos. Así que entré en su web y seguí los pasos indicados para registrarme en el sistema. El proceso es el siguiente: en su página se rellena un formulario con datos personales, y se genera un fichero PDF que hay que descargar. Se imprime, se completan los datos que faltan (firma, datos de la tarjeta bancaria) y se envía por correo postal a un apartado de correos indicado.

No gastaré muchas palabras explicando lo que me parece que en estos tiempos que corren, haya que inscribirse en una web para terminar usando el correo postal, o que tanto en la página web como en el formulario impreso haya frases en francés. Lo primero me parece un atraso y lo segundo, lamentable por su dejadez.

En resumen: el miércoles envié mi carta. Si recibo respuesta (que espero sea la tarjeta para utilizar el servicio) u observo movimientos extraños en mi cuenta bancaria estarán ustedes puntualmente enterados, ya que… seguiremos informando.

Una ciudad a pedales

Escuchando: Bicycle race (Queen)

Desde hace unos meses las bicicletas están invadiendo Santander, gracias a una iniciativa municipal para promover un transporte más ecológico en una ciudad muy pequeña con problemas de tráfico y aparcamiento mucho más grandes. Una propuesta digna de elogio y muy interesante en principio, que se ha llevado a la práctica de una forma que me parece un tanto discutible, para variar.

Pongámonos en antecedentes. Hace un par de veranos el ayuntamiento puso a disposición de los ciudadanos algunas bicicletas, en algunos puntos muy turísticos de la ciudad. Fue una iniciativa tímida pero que tuvo un desbordante éxito. Las bicicletas se podían coger durante una hora, de manera gratuita. Sólo había que solicitarla en una caseta ubicada junto a ellas.

Todo hay que decirlo, llevo desde entonces buscado un buen momento para coger una, porque si es cierto eso de que montar en bicicleta no se olvida, entoncés sé hacerlo. Hace años que no me subo en una. Claro, que con los cambios que han introducido en el sistema de préstamo de bicicletas, no será gracias al ayuntamiento si lo hago. No me convence, gracias.

Y es que viendo el éxito del invento, las mentes pensantes de nuestro consistorio han decidido ir un paso más allá, y han implementado un sistema de préstamo (de momento, es gratis; a partir de octubre ya no lo será) más automatizado y ambicioso, a imagen del que ya existe en otras ciudades.

Ahora, uno puede coger una bicicleta en una de las paradas existentes en la ciudad (el objetivo es llegar a 200 unidades distribuidas en 15 estaciones), usarla durante un tiempo máximo de 24 horas y dejarla aparcada en otra parada. De este modo se pueden realizar todos los desplazamientos que sean necesarios, de manera cómoda y sencilla. O así nos lo intentan vender, cual moto.

Dicho así, suena bastante bien. Pero el tema comienza a hacer aguas a poco que uno investigue. En primer lugar, está de más promocionar un transporte tan ecológico como la bicicleta en una ciudad en la que los carriles-bici son brillantes. Brillan, pero por su ausencia. Los que existen son testimoniales, y válidos únicamente para dar un corto paseo por algunas zonas turísticas alejadas del centro. Los que se están proyectando siguen la misma idea. Pero si uno realmente piensa utilizar una bicicleta para moverse por la ciudad, tendrá que jugarse el tipo en medio de una circulación generalmente infernal. Primero llenamos la ciudad de bicis, luego ya pensaremos por dónde circularán: ese parece el plan maestro de nuestro ayuntamiento. Esto es: mucho transporte verde, pero de cara a la galería, por aparentar. No es necesario que sea práctico, ni una verdadera alternativa.

Empezamos mal, pero la cosa va a peor. La concesión del sistema de préstamo de bicis se la ha llevado una empresa francesa, que ya ha implantado esto mismo en otras ciudades españolas (Sevilla, por ejemplo). No sé si alguien se habrá leído la página web del servicio, porque incluso han dejado alguna frase en francés. En fin.

Navegando por esa página, nos podemos enterar de los detalles. Existen tres tipos de abonos: diarios, semanales y anuales. Con cualquiera de ellos podemos hacer uso de tantas bicicletas como queramos, cada una de ellas durante 24 horas seguidas como máximo, y con el límite que indica el abono correspondiente: un día, una semana, un año. De momento, el servicio es gratis, y a partir de octubre se hará de pago. Por los precios que se manejan en otras ciudades, algo asequible… en caso de resultar realmente práctico.

Para el abono diario y el semanal el mecanismo es idéntico: uno se acerca a la parada de bicicletas, indica el abono deseado, pasa una tarjeta de crédito o débito, y ya puede retirar una bicicleta. Cuando termine el desplazamiento (o antes de que pasen 24 horas) ha de entregarla en esa u otra parada (donde haya sitio; en caso de no haberlo, en cada parada se puede consultar el estado de las otras, y tendremos 15 minutos extra para acercarnos a ellas), y vuelta a empezar. Para el abono anual, hay que solicitar una tarjeta especial (mediante carta a un apartado postal, bienvenidos al siglo XIX), que envían al domicilio, y con la que se puede utilizar el servicio durante un año, igual que en los casos anteriores.

Leyendo los detalles del servicio pronto encontramos la palabra clave de todo esto: fianza. Sí, aunque todo esto de momento resulte gratis, hay un detalle que hay que tener en cuenta. Cada vez que se obtenga un abono, cualquiera que sea, se nos va a cobrar una fianza de 150 €, cantidad que será retenida durante la duración del abono. Esto es: nos quitan de la cuenta 150 € durante un día, una semana, o un año, dependiendo del caso. Trasncurrido ese tiempo, nos devuelven ese importe… aunque ya señalan que los bancos pueden tardar hasta 15 días en hacerlo efectivo (nunca entenderé ese tipo de cosas, en los tiempos que corren).

En la práctica: uno coge una bici para dar un paseo, y se queda sin 150 € durante, al menos, dos semanas. Si es un abono anual, nos despedimos de ese dinero durante todo un año (por lo que parece, en ese caso renuevan la fianza cada 15 días, con lo cual el dinero aparecerá y desaparecerá de nuestra cuenta cual Guadiana…)

Por supuesto, en caso de que la bicicleta desaparezca, nos quedamos sin fianza (es lo justo), pero también si la bici sufre desperfectos (así, en general) o si la entregamos pasado el plazo establecido (un minuto o media hora tarde, da igual).

Entiendo que de alguna forma la empresa se tiene que cubrir las espaldas ante los desperfectos que pueda hacer la gente, pero cobrarse una fianza de ese pelo, porque sí y sin otra opción, incluso cuando se ha solicitado un abono anual y hemos tenido que enviar todos nuestros datos, me parece excesivo… Sólo podrá usar las bicis municipales quien tenga tarjeta de crédito y 150 € en el banco que no necesite urgentemente. Ah, pues muy bien. Un cálculo rápido: se pretende llegar a tener un parque de 200 bicicletas. Si cada una de ellas se alquila al menos una vez al día (en media, ya que habrá muchas que se utilicen varias veces, y otras ninguna), la empresa adjudicataria dispondrá en su cuenta bancaria de unas 200 fianzas diarias. Eso son 30000 €. A poco que mueva el dinero, los intereses de eso son un pellizco interesante, ¿no?

Me resulta también llamativo el método de prestar la bicicleta durante todo un día. Es decir, hasta pasadas 24 horas no hay ninguna obligación de devolverla a una parada. Un sistema que hace que el préstamo se enfoque más a una excursión dominguera en bici que a un medio de transporte puntual para moverse por la ciudad. Supongo que esto cambie si cuando comience a ser de pago, se cobra por horas, como hace la misma empresa en Sevilla… Mientras, me imagino que este verano será habitual ver un montón de estas bicicletas por la playa (cuando lo ideal sería dejarlas aparcadas siempre en sus paradas, para favorecer su movilidad)

No sé, no me acaba de convencer, algo lógico cuando hay de por medio tarjetas de crédito y cobros de fianza con condiciones un tanto difusas. En cualquier caso, lo realmente atractivo de todo esto sería tener el pase anual para poder usar una bicicleta siempre que apetezca; ahora, que si eso significa que durante un año me voy a quedar sin 150 €, igual es cuestión de valorar si merece la pena usar este servicio… o comprarse una bicicleta, que por ese precio ya las hay, incluso plegables.

En fin. Santander es una ciudad muy moderna, y ya tenemos incluso bicis oficiales para hacernos los ecológicos. Repito, sin carriles útiles para circular con ellas, de cara a la galería y aparentando, claro. Como es habitual por aquí.

Seguiremos informando.

Todos en coche a comprar

Escuchando: No cars go (The Arcade Fire)

«Antes de tomar cualquier decisión sobre peatonalizar calles las autoridades municipales deberán oirnos y tenernos en cuenta. No queremos más calles peatonalizadas, porque se ha demostrado que, en la actualidad, una calle sin tráfico empobrece la vida ciudadana y el comercio.»

Se puede decir más alto, pero no más claro. El autor de tan controvertidas declaraciones es Javier Güezmes, presidente de la Agrupación de Comerciantes del Centro de Santander. Ayer, en este artículo de nuestro periódico (he resistido a duras penas la tentación de poner un diminutivo que rima con cucurucho) local se despachaba a gusto.

Creo que una afirmación tan desafortunada como «una calle sin tráfico empobrece la vida ciudadana» no se merece ni siquiera el esfuerzo de ponerse a rebatirla. Cae por su propio peso. Mírenlo: plof.

«Deben escucharnos. Nosotros somos los que sabemos qué hay que hacer y cómo debe hacerse, pero no nos toman en cuenta para ninguna decisión. Y lo que queremos es que potencien el centro con medidas adecuadas, sabiendo lo que se hace.»

No cabe duda de que es un digno representante de su agrupación. Para los que no lo sepan, el comercio en Santander siempre se ha distinguido por unos rasgos muy característicos: la antipatía, la prepotencia, la falta de educación. Con excepciones, por supuesto. Pero es indudable: los comerciantes (sobre todo los de toda la vida) te perdonan la vida si entras en su local, no se molestan en saludar, y te miran con desprecio si te atreves a abandonar sus dependencias sin comprar. Es triste, pero los santanderinos nos seguimos sorprendiendo gratamente cuando en otras ciudades los dependientes saludan, sonríen, o te dejan deambular por sus tiendas sin mayor problema. Tenemos falta de costumbre (insisto, con agradables excepciones, menos mal).

Dice Javier Güezmes que «el centro urbano sigue muy vivo y la prueba es que abren y cierran establecimientos continuamente«. Para mí eso más que un buen síntoma, es el indicio de que hay un problema (alquileres muy altos, etc.), pero si lo dice él, que es el profesional del sector…

«A los santanderinos y visitantes les gusta el centro de la capital de Cantabria, pero no hay que desertizarla impidiendo circular en coche. […] Deben establecerse tiendas, zonas de ocio y de estancia para el ciudadano, todo lo que les haga agradable ir hasta ellas«

Dicho de otra forma: hay que convertir el centro de la ciudad en un puto centro comercial, en el que haya que pagar hasta por descansar. ¿Calles peatonales? ¿Una ciudad con menos tráfico? ¿Carriles para bicicletas? ¿Dónde se ha visto eso? Bueno, quizás en el resto de las ciudades que miran hacia adelante en lugar de hurgar en modelos rancios y aburguesados. Parece que el señor presidente de esta Agrupación no ha paseado por las calles más comerciales de otras ciudades del país, por no hablar de esos países que dicen que hay por Europa (ni siquiera hace falta irse tan lejos, basta con ir a Torrelavega). Muchas de ellas son peatonales, y bullen de actividad, de compradores y de animación.

Aquí, visto lo visto, tendremos tráfico, ruido, contaminación, y tenderos contentos. Santander se dirige irremediablemente al futuro. Y qué pena da.

Seguiremos informando.