Escuchando: Perdimos el control (Nacho Vegas)
Vamos a ver. La idea de editar un cómic narrando de forma ácida y mordaz la historia de Cantabria, me parece algo a aplaudir. Más aún si se edita gracias a la Dirección General de la Juventud.
Es más, desarrollar esta historia a través de saltos en el tiempo, con un final futurista, me parece muy bien. Y si este final es una parodia de El Planeta de los Simios, pero con la estatua de la libertad sustituída por la ecuestre de Franco emergiendo de la arena, me parece una genialidad. Bravo.
Ahora bien. Si es cierto lo que cuenta el periódico hoy, entre sus páginas uno puede leer patadas al diccionario como: espectoran, absolbo, llegua -para referirse a la hembra del caballo-, auyentar, halla acabado, hallan enterado, a bajado del cielo…
Vergonzoso, absolutamente vergonzoso. Todo esto con la ayuda de dos historiadores (yo conozco a licenciados en Historia que saben escribir, oiga), y con el patrocinio del Gobierno de Cantabria.
Qué pena…