Escuchando: Acrobat (U2)
And I must be an acrobat
To talk like this
And act like that
Escuchando: Acrobat (U2)
And I must be an acrobat
To talk like this
And act like that
Escuchando: El ojo espejo (Maga)
Tengo que dejar de hacer estas cosas de golpe, mejor ir poco a poco. Pero bueno, después de pasarme unos cuantos días seleccionando y preparándolas, por fin he podido poner en Ojo Espejo más de cien fotos nuevas, la cosecha del último tramo del verano. Un poco de todo, como siempre.
Pues eso.
Seguiremos fotografiando.
Escuchando: If You Ever Need A Stranger [To Sing At Your Wedding] (Jens Lekman)
Escuchando: Public Service Announcement (The Bravery)
Recojo el testigo lanzado por Pan, y os dejo aquí la pinta que tiene ahora mismo mi escritorio.
No le paso el testigo a nadie en particular, aunque estaría bien saber si alguno de los que me acompañaron en las excursiones por Cantabria de la semana pasada ha terminado usando alguna de sus fotos como fondo de pantalla. Seguro que alguno sí lo ha hecho…
Seguiremos informando.
Escuchando: Feeling Good (Muse)
Escuchando: When my ship comes in (Stiltskin)
…pero algunas de las fotos que he sacado esta tarde son buenas. Muy buenas, incluso. Era fácil.
Creo que voy a estar monotemático durante unos días: Santander está tomada por veleros, estamos en pleno Festival del Mar (este año a todo lo llaman Festival), y nuestra bahía es un espectáculo de palos y velas. Además, tenemos también por aquí al Principe de Asturias. Al portaaviones, no al Borbón, digo. Y ya para rematarlo, lo adornamos con un mercado colonial en los alrededores de la bahía. El resultado: un montón de fotos interesantes por hacer.
Hoy ha sido mi primera visita. Volveré.
Seguiremos fotografiando.
PD: Cantabria aparece en algunos weblogs hoy, por una noticia publicada en nuestro diario local. Tener un periódico como el nuestro, provinciano y de andar por casa, es muy divertido. A las pruebas me remito.
Escuchando: Cerca del cielo (Nacho Vegas)
Ayer contaba que habíamos terminado el día en un rincón muy espectacular de nuestra región. Y hoy, curiosamente, una carta al director de nuestro diario habla de esa misma esquina de la tierruca. Que ya es casualidad.
Efectivamente, el paso al mirador de Lunada está cerrado. Las escaleras de piedra están en un estado lamentable, y no hay barandillas; aún así no es complicado subir… como mucho, puede serlo volver a bajar, pero sólo para mí, que soy muy torpe: si no existe la palabra patosidad, deberían inventarla para mí…
En cualquier caso, nosotros estuvimos ayer allí, a última hora de la tarde, y las vistas quitaban el aliento. Asomarse al borde no era recomendable para personas con vértigo (ni para personas, en general), pero el brutal paisaje, la paz, y el aire puro convirtieron aquel rato en algo inolvidable.
Tengo bastantes fotos de las vistas, del verde intenso de los montes y el valle, del azul perfecto del cielo después de un día de niebla, pero… las dejaré para otra ocasión. Hoy la foto va por ustedes: gracias por hacer de guías, conductores, power rangers, batman, espectros y mil cosas más. Nos vemos en la siguiente excursión.
Seguiremos informando.
PD #1: Y gracias una vez más, a byfed. De las dos fotos, la de arriba es suya. El de rojo soy yo.
PD #2: Ah, y mis fotos de los conciertos del sábado, ya se pueden ver aquí.
Escuchando: Boys wanna fight (Garbage)
Día intensivo de turismo fotográfico, el de hoy. Una pena que en un puerto de montaña, en lugar de vistas nos encontrásemos con un cerradísimo banco de niebla. ¿Imposible hacer fotos? ¡No! Siempre se puede hacer un poco el payaso…
Menos mal que horas y kilómetros después, el día mejoró, y acabamos donde terminamos el martes… y de qué forma, una pequeña caminata, y nos encontramos de pronto en pleno paraíso. Qué vistas, qué paz, qué vértigo. Y qué fotos.
Pero ésas, otro día. Que me muero de sueño. Que vaya fin de semanita que llevo.
Seguiremos informando.
Escuchando: But the silence (Lunática)
Esta tarde he estado en el I Festival Castilla-Hermida. Un festival (este año a todo lo llaman así) con cinco conciertos, de grupos locales, junto a la antigua Lonja. No parecía mal plan.
Las cosas no han salido perfectas, desgracidamente. La habitual pereza santanderina ha hecho que la afluencia de público haya sido más que escasa. Los amiguetes de los grupos que tocaban, y poco más. Cuatro gatos. Y eso que el bar tenía precios populares (y vaya si lo eran). Yo creo que deberían haber puesto en los carteles del festival esa lista de precios, y no la lista de los grupos.
Siguiendo con la lista de achaques, el tiempo no ha acompañado del todo (ha estado amenazando lluvia casi toda la tarde); el grupo encargado de romper el hielo sólo contaba con tres de sus cinco componentes (aún así, salieron del brete con la cabeza bien alta); y los descansos entre grupos estaban amenizados con un supuesto humorista local capaz de poner de mal humor a cualquiera, a golpe de monólogo sin gracia ni educación. Además, el evento tenía autorización oficial, pero siempre a cambio de algo, a cambio de incluir a un grupo determinado como cabeza de cartel… (no los he visto, el humorista me ha echado primero)
Lo mejor de la noche: que ha habido grandes conciertos: me han gustado mucho Lunática (y he descubierto que su nuevo batería es un amiguete); y sobre todo, que he tenido –vivan los enchufes– vía libre para meterme donde quisiera con la cámara. Incluyendo el escenario.
No he dejado pasar la oportunidad. Me he vuelto a casa más de doscientas fotos después.
Y mañana, otro día de excursión fotográfica por Cantabria. Voy a poner a cargar la cámara.
Seguiremos informando.
Escuchando: After the war (Asia)
Ayer tuve una noche digna de las mejores historias de Astérix. Pero en cántabro.
En Los Corrales de Buelna, una localidad de nuestra región, llevan cinco años organizando unas originales fiestas en las que se vuelca todo el pueblo, fiestas que no son otra cosa que una representación de las guerras entre romanos y cántabros, hace un par de milenios, año más, año menos.
No soy quién para ponerme a discutir el rigor histórico, o la fidelidad con la que lo llevan a la práctica… pero lo que es indudable es que aquello es una fiesta, y de lo más original.
Llegué tarde, así que me perdí la mayoría de los actos del día y cuando aparecí por allí ya había anochecido. Todas las calles estaban tomadas por gente caracterizada, y el meollo del jolgorio era el campamento festero, un parque convertido en poblado cántabro y asentamiento romano, a partes iguales: chozas, tiendas, mercadillo, esculturas, escudos, estandartes, jabalíes, antorchas, hogueras, juegos… digno de ver.
La verdad es que fue una noche de lo más curiosa y original. Eso sí, las reuniones de telecos acaban provocando siempre conversaciones surrealistas…
Además, alrededor de estas fiestas se organiza un concurso fotográfico. Yo estuve poco tiempo, pero intenté aprovecharlo. Creo que podré salvar alguna foto para intentar presentarme… no se pierde nada por probar…
Seguiremos informando… cuando pueda; el fin de semana se presenta movidito, la cámara no va a descansar…