Escuchando: Smiling to camera (Second)
Fue en agosto de 2001 cuando comenzó la odisea, y me gasté buena parte de mis ahorros en una cámara de fotos. Digital. Y eso, hace cinco años, era toda una revolución. Aún la tengo, aún funciona, aún la uso. Desde el primer día hizo fotos más que dignas, estuvo especializada en inmortalizar a mi por entonces recién nacido sobrino, me acompañó en viajes, cenas, fiestas…
Con el tiempo, una cámara totalmente automática se me acabó quedando pequeña, y volví a invertir, en mi querida Canon (¡la Kamera!), que me sigue acompañando muchas veces. Luego llegaría la bestia negra, mi réflex digital, a la que me costó acostumbrarme, pero que ya forma parte de mí… no quedó ahí la cosa: flashes, objetivos, cámaras de emergencia… y últimamente una vuelta al carrete sólo comparable a cuando me compré hace poco un tocadiscos.
En cinco años, la fotografía ha pasado de ser una curiosidad a convertirse en mi mayor afición, mi hobby preferido, mi forma de interpretar, de recordar, de regalar, de homenajear.
Mi ordenador me dice que he disparado, en este tiempo, 29891 veces; esto es, unas 16 fotografías al día. Y aunque aún me queda tanto por aprender, por probar, que el día en que me canse de cargar con las cámaras queda lejos, muy lejos, cinco años después parece un buen momento para mirar un poco hacia atrás, hacer balance, repasar y recordar algunas de mis fotografías.
Afortunademente, la casualidad se ha puesto de mi parte, y podré hacerlo de una forma muy especial. El próximo 12 de agosto, expondré algunas de mis imágenes en el espectacular Palacio Duque, en Santoña. Me han invitado a participar en el festival MusiConcept, una cita centrada en la música electrónica, pero que durante el día dará cabida a exposiciones de fotografía, pintura, cortometrajes, visuales, grafitti, conferencias, sesiones de dj, mercadillo, oenegés, desfiles de moda… todo ello en las enormes salas del palacio, y en sus jardines.
Y por supuesto, están todos ustedes invitados.
Yo, por mi parte, seguiré disfrutando de la fotografía. Porque, como siempre, las mejores fotos son siempre, siempre, las que me quedan por hacer.
Seguiremos informando.