Escuchando: Beauty on the fire (Natalie Imbruglia)
Este fin de semana ha terminado nuestro Año Jubilar Lebaniego, por todo lo alto: tres espectáculos en otras tantas localidades cántabras.
El del viernes, en Torrelavega, parece ser que estuvo muy bien. El sábado era el plato fuerte, por los autores y por el lugar elegido, pero el espectáculo de La Fura del Baus terminó como el rosario de la aurora, y casi a la ídem. Menos mal que ni intenté ir.
Ayer fue el turno de Santander, con unos fuegos artificiales. Dicho así puede sonar a más de lo mismo: cada vez que hay fiestas en la ciudad, el ayuntamiento nos deleita con un espectáculo pirotécnico que, un poco más acá, un poco más allá, más largo o más escueto, viene a ser bastante previsible.
Pero no, nada que ver. Lo que vimos ayer en la bahía jugaba en otra liga. El espectáculo corría a cargo de Groupe F, encargados de la ceremonia de clausura de los últimos juegos de Atenas. No sé cuánto habrá costado lo de ayer. Estoy seguro de que hemos (pagaba el gobierno regional) quemado (literalmente) mucho dinero. Pero qué carayo, han sido los fuegos artificiales más espectaculares que ha visto esta ciudad en toda su historia.
Barcos recorriendo la bahía a toda mecha (estoy sembrao) lanzando cohetes, una isla envuelta en fuego, la impresionante aparición de la playa del Puntal iluminada, la espectacular sincronización, el colorido de los fuegos… Impresionante. Una pena que el viento empujase el humo hacia el lado equivocado, lo que restó algo de vistosidad. Pero aún así, para quitarse el sombrero.
Seguiremos informando.
PD: Aquí, unas fotos más para el recuerdo.