No será peor, seguro que es mejor

Escuchando: Cumpleaños total (Los Planetas)

Parece que fue ayer cuando me visitó mi vecina del ártico, y ya ha pasado un año. Hay que ver lo que pueden cambiar las cosas en tan poco tiempo.

Hoy ha comenzado bien el día. He soplado velas en la cama, y he venido a trabajar en el autobús leyendo mi primer regalo.

No sé lo que me deparará el resto de la jornada, pero sé que acabaré pasándomelo bien en una fiesta.

No sé lo que me deparará el resto de la treintena, pero como continúe tan bien como ha empezado, peinaré con gusto canas.

Seguiremos cumpliendo años.

Zurück

Escuchando: Take you on a cruise (Interpol)

Esta mañana, en el avión, pensaba en lo lejano que me parecía el viaje con el que inicié las vacaciones. Ya terminaron. No me voy a poner ahora a relatar lo que han dado de sí estos diez días; bastante tengo con volver a adaptarme al ritmo habitual de trabajo y obligaciones. Mañana será un día duro.

De mis andanzas por Austria y Alemania he vuelto con muchas vueltas de ventaja a lagos, excursiones sobre y bajo tierra, una libreta Moleskine garabateada con recuerdos, un reportaje de bodas, la satisfacción de recordar algunas palabras de mi ya oxidado alemán, y el placer de disfrutarlo todo a golpe de sonrisa con alguien especial. También: con la sensación de que podría haber sido un poco mejor. Con todo, unos días inolvidables. Y para los amantes de la curiosidades: sí, he hecho muchas fotos. Casualidades que tiene la vida, han sido exactamente 2007.

Seguiremos informando.

Bis bald (¿Quién me iba a decir?)

Escuchando: International Airport (Anorak)

Hace ya tiempo, en alguna de nuestras últimas reuniones, ya fantaseábamos con la idea de su boda. ¿Os imagináis estar allí celebrándolo?

Poco le tenemos que dejar a la imaginación, ya. Mañana en el aeropuerto de Bilbao veré muchas caras conocidas, y algunas más se irán incorporando hasta la celebración del sábado. En general no me gustan las bodas, pero tengo la suerte de que mis amigos se lo montan tan bien y con tanto gusto, que acabaré cambiando de opinión.

A partir de ahora me tomo vacaciones. Y como soy autónomo, son vacaciones de mí mismo. En realidad hay un reportaje que hacer, pero será llevadero y -estoy seguro- muy divertido. Después, una vez colgada la ropa de gala, quedarán muchos días para explorar y descubrir cervezas, pueblos, lagos y montañas. Ach so.

Nos vemos a la vuelta, sean moderadamente buenos.

Me gusta esa mesa

Escuchando: Windowsill (Arcade Fire)

La mayoría de los que me leen ya saben de qué pie cojeo. Me gustan los ordenadores blancos y con el logotipo de una manzana mordida. Son mi tentación.

Hace poco mi hermana se compró un portátil, gama ultra baja, con Windows Vista instalado. No sé, supongo que el equipo era demasiado limitado para el sistema operativo. La impresión que me llevé fue totalmente decepcionante. Quizás con un equipo más potente, me habría impresionado algo (aunque en el pasado SIMO, con equipos de demostración, veía barras de progreso al abrir el panel de control, ouch). Vista no me pareció más que un XP pasado por chapa y pintura (y donde MacOS es todo elegancia, Microsoft no ha conseguido más que un entorno recargado con destellos y movimientos por todas partes).

Lo que es peor: es muy seguro, sin duda. Como para no serlo. Pregunta POR TODO. La parodia de Apple no pudo ser más acertada. Para instalar un programa hay que aceptar un mínimo de tres o cuatro avisos de seguridad. El sistema no es seguro, es dubitativo, y le cede la responsabilidad al usuario. Y como todos le damos a aceptar sin leer, todo el sistema pierde su sentido. Bu.

Por supuesto, nadie que haya usado MacOS X durante unos meses (con eso basta) se sentirá mínimamente impresionado por Vista. Todas sus novedades las llevamos usando desde hace una versión original.

Eso sí, hay que ser justos. No todo lo que hace Microsoft es criticable. Cuando se hacen las cosas bien, hay que reconocérselo. Ayer me sorprendieron. Dos veces.

La primera. Surface. El ordenador que nos espera. Evidentemente, no todo funcionará tan bien ni tan rápido como en este prototipo, pero creo que el futuro se parecerá bastante a eso. Interfaz táctil multipunto, como se avanzó en el iPhone, y cables desterrados. Muy, muy interesante.

La segunda. ¿De qué color es la avioneta de Microsoft? Porque desde ahí han tenido que hacer las fotografías de su sistema de mapas, Local Live. Lo descubrí ayer gracias a Bruno, y he estado jugueteando un rato con la vista aérea de Santander. Google Maps parece que tiene competencia, bienvenida sea si sirve para obtener cada vez más prestaciones. A este paso vamos a tener que agachar la cabeza para que no nos golpeen las cámaras aéreas.

Eso sí, la vista en 3D no sé cómo es. Requiere Windows.

Seguiremos informando.

Para todo lo demás, Compact Flash

Escuchando: The Main Monkey Business (Rush)

Estas últimas semanas he estado buscando tarjetas. De las de memoria, que no se me olvide. Creo que todavía tengo por casa alguna de cuando treinta y dos megas eran todo un mundo de colores. Cómo cambian las cosas.

Me ha costado dar con la marca y modelos que buscaba. No me valía cualquier cosa, porque mi cámara ya se rebeló caprichosa en su día, con algunas tarjetas con las que nunca llegó a entenderse. Cuestión de carácter, supongo.

Después de mucho mirar, de ver precios buenos por internet echados a perder por gastos de envío sorprendentes (¿cuánto pesa un giga? ¿y a qué huele?), de preguntar en tiendas por aquí, todo llegó a buen puerto, y conseguí una buena tarjeta a un precio muy bueno; y una aún mejor a un precio, incluso, mejor. Son las cosas de aparecer en el sitio adecuado en el momento justo.

Eso sí: añado las tarjetas de memoria a mi lista de precios incomprensibles, junto a los billetes de avión o las comisiones bancarias. ¿Cómo es posible que por la misma tarjeta me pidan el doble en una tienda diez metros más allá de la anterior? ¿Cómo puede haber diferencias de hasta diez veces su precio para el mismo producto? Increíble. Y si no se lo creen, fíjense en la imagen que adorna estas líneas. Es un anuncio que aparece y desaparece en la web de Terra, como oferta destacada. Desde luego, como promoción es muy singular. Sin duda. Doscientos euros por dos gigas de memoria. Ahí es nada.

Si se sigue el enlace, se carga una página de la tienda de Dell, con el sarcástico título de «al mejor precio«. Para el vendendor, desde luego. Los portes, además, no están incluidos. Qué cosas.

Seguiremos informando.

Feliz Día de Internet

Escuchando: Virtuality (Rush)

«Saludos, respetado cliente!
Haga el favor de leer atentamente esta carta y seguir nuestras recomendaciones

Disc.lpenos por las molestias que podamos ocasionarle, pero estamos en el deber de comunicarles que el servicio de apoyo técnico de nuestro banco, debe realizar una serie de trabajos profilácticos 1 vez al ano. El servicio de apoyo técnico elimina las deficiencias en el trabajo de los servidores, los errores en los equipos y renueva los medios de protección de la página web www.openbank.es.»

A veces el phising tiene momentos divertidos y todo. Recuerden, tengan cuidado con estas cosas. Un banco nunca, nunca, nunca, les va a solicitar sus datos ni sus contraseñas en un correo, ni en un enlace ni nada de nada. Accedan a su banco online únicamente a través de su página oficial, y así se evitarán problemas.

Disfruten de Internet. Tengan cuidado ahí afuera.

De tal astilla, tal palo

Escuchando: Yes It’s Fucking Political (Skunk Anansie)

La presentación de un libro de fotografía parecía una buena ocasión para visitar el Palacio de la Magdalena. Y lo fue, sin duda.

Pablo Hojas Cruz es uno de los fotógrafos más activos y respetados de nuestra región. Pablo Hojas Llama, su padre, fue uno de los fotógrafos de prensa más activos y respetados de nuestra región, aprendiendo el oficio de su padre y dejando un digno sucesor en su hijo, además de una obra que forma parte sustancial del archivo fotográfico de Santander.

Pablo Hojas hijo se ha encargado de realizar un selección de imágenes de entre más de 20.000 negativos, para dar forma al libro que se presentó oficialmente ayer.

Falló el alcalde (estaba prevista su aistencia, quizás se entretuvo jugando con Mule), pero la sala estaba repleta con una mezcla de políticos trajeados y fotógrafos de todas las edades, trabajando o como asistentes. El lugar ideal para plantarse con mis chapitas y mi bolso de ovejitas. Lo digo en serio, claro.

El acto comenzó con un bla bla bla, y siguió con más bla bla bla. Interesante, sin más. Pero cuando Pablo Hojas hijo tomó la palabra en nombre de su padre (fallecido en 1991), la cosa cambió. Su discurso fue de lo más curioso.

Habló de su padre, del proceso de creación de este libro, de su selección… y también comentó que le daba igual que la presentación coincidiese con la campaña electoral. Que ojalá todos los políticos aprovechasen sus actos para promover la cultura. Y a partir de ahí, con toda la corrección del mundo, se puso a reñir un poco a la clase política; en general; pero como mientras hablaba no dejaba de mirar al candidato del PP a la alcaldía de Santander, resultaba una situación curiosa.

Dijo, en definitiva, que ojalá los políticos apoyasen más a la cultura. Que las campañas, los carteles y los videos deberían estar en manos de creadores jóvenes de la región, seguro que así salía algo fresco y original. Todos los actos deberían acabar con algún concierto, que los músicos en esta ciudad lo pasan muy mal y no tienen donde tocar. Reivindicó también el acceso al puerto para los ciudadanos, como antaño, y seguro que alguna cosa más que no recuerdo ahora. Un rapapolvo express camuflado de discurso de agradecimiento.

Siempre me habían gustado sus fotografías y su trabajo. Ahora, además, me cae muy bien. Sólo por escucharle ya mereció la pena la visita. Canapeses aparte.

Seguiremos informando.

PD: La verdad es que con lo de los carteles de la campaña tiene más razón que un santo que tenga razón. Al menos en Cantabria son entre malos y lamentables. Se salvan los del PP (aunque lo hacen por ensayo y error, llevan como 3 ó 4 revisiones, y la primera fue bochornosa). Los del partido regionalista dan vergüenza ajena, y los del PSOE no se dejan ver mucho, y cuando lo hacen uno se puede entretener comprobando cómo no hay que abusar de Photoshop.

PD #2: Mientras la campaña electoral sirva para anunciar proyectos como Cuva, bienvenida sea. Cuva. Mmmm. [Roberto sonríe]

La fresa y la nata

Escuchando: Another Sunny Day (Belle & Sebastian)

Sábado de buen tiempo, de olas, de paseos, de helados, de compras. Una pena que el sol, se nos había olvidado ya, sea tan traicionero. Quemaduras en grado de tentativa. Ouch. Camarero, otra de after sun.

Seguiremos informando.

Suficiente

Escuchando: Enough’s enough (Asia)

Estas dos últimas semanas he estado un poco más ausente de lo habitual. Perdonen las disculpas. Casi todo tiene su explicación, y ésta es sencilla: ayer aprobé la Suficiencia Investigadora, un paso intermedio en el camino hacia el Doctorado. Camino que no creo que recorra del todo: soy bastante escéptico respecto a la utilidad de un doctorado fuera del ámbito académico, en este país.

En cualquier caso, bienvenido sea este pequeño título: hace que caros y aburridísimos cursos de doctorado (sólo recuerdo uno que me gustase) hayan servido para algo, y pasado el trámite pueda añadir una línea en el currículum.

Para conseguirlo, básicamente he tenido que vencer a mi pereza. Se me había echado el plazo encima, y tenía que preparar una memoria sobre el trabajo de investigación realizado estos últimos años, presentarla y defenderla ante un tribunal.

Lo que debería haber escrito durante meses lo he pergeñado en apenas una semana y, claro, he andado un poco apurado; pero al final la memoria quedó -creo- bastante digna, aún con todo. Por si acaso, ayer durante la presentación utilicé trucos puramente pirotécnicos para distraer la atención. Y surtió efecto. Conseguí la máxima (y única) nota de apto.

Una tarde en la que nada parecía funcionar y no podía hacer otra cosa que esperar y maldecir, y una noche con mi sesión en el Opium hicieron que ayer fuese uno de los días más agotadores que mi amnésica memoria recuerda.

Y así ando hoy, más dormido que despierto. Pero ya que acabamos de entrar en campaña, habrá que adecuarse a las circunstancias:

¡Queda inaugurado este doctorado!

Ya, ya sé que no tengo el doctorado, que me queda mucho, que solo he conseguido una mínima parte, y que no se sabe cuando se terminará, si lo hace. Pero así es como se hacen las inauguraciones estos días, ¿no? Donde fueres, haz lo que vieres.

Seguiremos informando.