Escuchando: Too old to rock n’ roll, too young to die (Jethro Tull)
Ayer Steve Jobs, cumpliendo con la habitual escenografía, presentó una renovada gama de iPod, el reproductor de música más famoso del mundo, para bien o para mal.
El benjamín de la familia, el iPod Shuffle, se queda como estaba, aunque con nuevos colores. A pesar de su sencillez, y de que existen alternativas más completas y baratas, no por ello deja de ser un bonito capricho, basta tener uno en la mano.
La mayor renovación la tuvo el iPod Nano, el reproductor con pantalla basado en memoria flash. Nuevamente con diseño alargado, viene con un lavado de cara, con un acabado muy llamativo y colorido, con más memoria (ahora llega hasta los 16 Gb) y con un acelerómetro que le permite tomar características prestadas de la interfaz del iPod Tocuh / iPhone, así como imitar a los teléfonos de Sony Ericsson y cambiar de canción a golpe de muñeca. Todo ello en un tamaño muy reducido, hacen de este nuevo Nano un juguete que enamora a primera vista.
Decepción en cuanto al iPod Classic, el de toda la vida. Desaparece la versión de 160 Gb, y se ofrece con una única capacidad disponible: 120 Gb. Sigue siendo una opción más que interesante para los que -como yo- siguen usando el reproductor básicamente para escuchar música, pero no deja de llamar la atención que en lugar de ofrecer algo nuevo, Apple se limite a ofrecer lo mismo con menos opciones. Vale que un acelerómetro y sus sacudidas no sean la mejor idea para un dispositivo basado en un disco duro de los de toda la vida, pero seguro que algo más sí se podía innovar, aunque tan sólo fuese en su interfaz. Da la impresión de que el iPod original, el que se hizo ubicuo, el que consiguió la fama, comienza su decadencia. Lástima.
Se ha renovado también, ligeramente, el iPod Touch. La parte trasera brillante recuerda al iPod de siempre, lo que hace pensar que es un guiño para que tome el relevo. Ahora tiene un altavoz (pse) y se añaden botones físicos para el volumen, toda una mejora para manejarlo como reproductor de música sin tener que pelearse con la pantalla tátcil. Se incluye el receptor de Nike para su sensor deportivo (supongo que con el único objetivo de vender más sensores, aunque tampoco creo que se desate una fiebre por comprarlos). Por último, se baja sensiblemente su precio, y ahora el modelo más grande, con sus 32 Gb, empieza a parecer razonable. Aunque creo que tendrán que duplicar la capacidad (que no el precio) para que me anime a renovar mi actual y saturado iPod blanco (ea, eso sí que es un clásico) de 30Gb.
Sin duda, parece que la estrategia es convertir al Touch en el nuevo iPod, a secas. Pero sigo teniendo mis dudas sobre su utilidad como reproductor de música. Vale, ahora se puede cambiar el volumen de forma más sencilla, pero… ¿y la pausa? ¿y el avance entre canciones? ¿sigue siendo necesario recurrir a desbloquearlo e interactuar con la pantalla táctil? Si es así, es muy vistoso pero menos práctico que el iPod de siempre.
Es cierto que se han presentando también unos nuevos auriculares con mando a distancia incorporado que permiten solucionar lo anterior, pero no me convence la propuesta: hay un modelo barato, pero no dejan de ser los auriculares de siempre (una mierda, vaya), y otros de 80 , tipo in-ear pero por fin con un diseño más logico, que seguro que se oyen genial… pero tener un mando a distancia integrado en el cable acabará siendo causa de problemas (ruidos y zumbidos por malas conexiones, me ha pasado tantas veces…), lo que puede inutilizar unos auriculares caros y en perfecto estado. Mucho mejor cuando el mando a distancia es independiente de los auriculares, como ocurría hasta ahora. Lo peor de todo, además: estos nuevos auriculares con mando sólo son compatibles con los iPod presentandos ayer: no valen para modelos anteriores, ni para el iPhone, a pasar de llevar micrófono incorporado. Incomprensible.
Por último, un apunte final sobre esta revisión del iPod Touch: echando un vistazo a la publicidad en la página de Apple, o al anuncio grabado para promocionarlo… da la impresión de que venden una consola de videojuegos, no un reproductor multimedia. La importancia que le han dado a este aspecto lúdico es, como poco, sorprendente (de hecho, la inclusión de un altavoz estoy seguro de que tendrá mucho que ver con su uso para juegos).
Habrá que ver cómo evoluciona todo esto. Aparentemente, el iPod Classic acabará desapareciendo, engullido por su hermano pequeño Nano cuando se abaraten más los precios de la memoria flash. La duda que me queda es si el iPod Touch se pulirá para ser un buen reproductor multimedia… o si acabará haciendo la competencia -más- a Nintendo.
Seguiremos informando.
PD: Lo bueno de la presentación de ayer fue que uno de los nuevos productos presentados es gratis… iTunes alcanza su versión número 8 convertido en un mastodonte cada vez más complejo. A pesar de ello, nunca me ha dado ningún problema, y esta nueva versión viene con un nuevo modo de navegación mediante portadas (útil para localizar discos), unos espectaculares visualizadores, y un modo inteligente de creación de listas a partir de una canción que especifiquemos: Genius. Vamos, lo mismo que hacía Pandora, pero integrado con iTunes. De momento parece que funciona bien: he probado con el Enjoy the silence, y me ha presentado una buena selección con The Cure, The Cult, Joy Division, Bowie, Asia, Smashing Pumpkins, Police, Yeah Yeah Yeahs, Wallflowers, Dire Straits, Morrissey, U2, Crowded House, Cranberries, Peter Gabriel, Lou Reed, Blur y Arctic Monkeys. No está mal.