Escuchando: Bookshop Casanova (The Clientele)
Comenzaba el día diciendo en mi twitter que por mucho que avance la tinta electrónica, los que aprendimos a leer con un libro entre las manos seguiremos disfrutando como niños con ellos. Supongo que es cuestión de fetichismo, ya. Da igual, cada año, cuando llega el Día del Libro acabo pasando el rato en alguna librería y saliendo de allí con algún volumen que sumar a la biblioteca de casa.
Por espacio y por presupuesto, he tenido que tomar otras medidas, también: esta semana he tenido algún rato libre y he hecho alguna incursión fugaz a la nueva Biblioteca Central de Cantabria, que aún no conocía. Mucho jaleo hubo con el presupuesto, con la contratación, con los fondos… pero el caso es que tenemos una biblioteca en un edificio que ha quedado bastante bien, y con un catálogo que crecerá, pero que de momento tiene una cómic-teca muy jugosa. He estrenado mi carnet de lector con Las calles de arena, de Paco Roca (muy bueno, aunque me quedo con Arrugas) y Persépolis (un clásico ya, que todavía no había caído en mis manos).
Aparte de eso, ando leyendo La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, y empiezo a comprender la fama que tiene el libro. Por ahí anda también el pequeño volumen de Socorrismo, la incursión del chinarro Antonio Luque en el mundo de las letras impresas. Me lo traje de la librería Anti de Bilbao (gran descubrimiento) y en cuanto tenga un rato le dedicaré el tiempo que se merece.
Y como no puedo evitarlo, he salido hoy de una librería (¡qué ambiente!) con algunos libros más. Viñetas absurdas a cargo de Andy Riley y su Hágalo usted mismo, y un poco de literatura japonesa: After Dark de Murakami (le tenía ganas) y El Ganso Salvaje de Ogai Mori, por impulso y porque había leído algo sobre él que me había gustado. Dejé un par de libros de Daniel Pennac que me faltan, porque en algún sitio había que parar. Ah, y salí también con una flor. No ha sido rosa, sino clavel. Quizás para ir preparando la fiesta dedicada a Portugal del domingo en la calle del Sol.
No digo más. Voy a leer un rato, que es lo que toca. Seguiremos informando.