Escuchando: People of the South Wind (Kansas)
Estas últimas semanas estoy teniendo agradables visitas en Santander, de esas que siempre terminan pareciendo demasiado breves. La semana pasada, coincidiendo con una de ellas, fui a comer a un lugar del que me habían hablado, del que tenía buenas referencias, pero que aún no había pisado.
Se llama Días de Sur, un nombre muy nuestro, y sorprende a primera vista por lo cuidado y elegante de la decoración, en una zona y en una ciudad donde el estilo bodega tasquera está muy arraigado.
La verdadera sorpresa, sin embargo, llega al sentarse y comenzar a leer la carta, o la hoja con el menú especial. La primera apenas la ojeé, la segunda me la terminé llevando a casa de recuerdo. Nunca había tardado tanto en leer un menú. Comienza así:
Estamos en pleno agosto y se nota, todo Santander a tope, atascos, amigos de la infancia que vuelven, primos que se quedan en tu casa, mediodías de coles y rabas, mañanas de paseos por la playa, tardes de terrazas, noches de rutas de vinos con amigos y gintonics con la luna llena que te dice que sigas y sigas porque qué gusto es el veranito en Santander.
Parrafada que no deja de ser cierta. A continuación viene la descripción de los platos del menú. Dejo aquí algunos para hacerse una idea:
Gazpacho fresquito con una receta que nos dio una señora muy mayor que vendía lotería en una taberna en el aljarafe de Sevilla y entre cupón y cupón nos contó que ella le ponía un toque de hierbabuena que le daba un aire árabe muy rico al gazpacho.
Rabas de calabacín ecológico, de la huerta de 2 ingenieros agrícolas enamorados de la vida con un sentido sostenible y que además trabajan en el sindicato de ganaderos de Cantabria ayudando a nuestros ganaderos con su día a día tan complejo y a la vez tan bonito.
Los rollitos africanos tan africanos como nuestros compañeros africanos que trabajan con nosotros, Philo, Gilbert y Roger, de Costa de Marfil y Camerún y que nos han enseñado su maravillosa paciencia, su impresionante constancia y sobre todo su alegría permanente con esas sonrisas de anuncio de dentista que tienen.
Albóndigas de bonito de la lonja con salsa verde y patatas fritas, recuerdos de infancia con picos de pan untando sin parar hasta que tu madre te decía que el pan es de tontos.
Tarta de queso ecológico de Selaya. Sindo y su suegro Alejandro hacen auténticas joyitas de queso con sus vacas frisonas que son tan chulas porque les gusta tener la mejor leche de Cantabria, una vaca normal tiene al día 30 litros de leche y las vacas chulas ecológicas solo 16 litros así que ya veis qué quesos salen.
Hay cerca de treinta platos en el menú, así que pueden imaginar que su lectura lleva un rato. Un rato bien entretenido, eso sí. Me gustó el sitio, y me gustó la comida. Da gusto encontrarse un local así, bonito, con un toque divertido, donde poder comer platos originales, y con un precio muy moderado (el menú sale por menos de 12 euros). Una pena que los camareros anduviesen demasiado atareados (la temporada alta ha llegado a la ciudad) pero por todo lo demás, muy recomendable.
Seguiremos informando.
4 comentarios sobre «Visitas en días de sur»
Pues por la foto que pones no parece que estuviera hasta arriba de gente…
La foto es de la sobremesa, a eso de las 4 y media, cuando ya habían cerrado la cocina 😉
Sólo he estado una vez en el menú del día y también em llamó la atención la parrafada de la carta. me habían hablado regulín del sitio pero acerté con mi elección y me gustó bastante el menú. No sé cómo funcionará la carta por sí sola. El día que fuí estaba hasta la bandera. Hay que poner imaginación en todo lo que se hace, por lo menos la carta está currada…
(No te pierdas esta noche lo de UIMP que tiene una pinta fantástica)
Esperemos que no tengan que subir el precio del menú a razón de menaje roto…
Corta la visita sin duda.
besitos, ahora ya desde Madrid