Escuchando: Rest in peace (Stiltskin)
Corría el año 2001 y conectarse a Internet era una odisea (de despacio). Ese año por fin conseguí acercarme a Madrid, a la meca tecnológica que por entonces representaba la feria SIMO. Originalmente diseñado como el Salón Internacional del Mobiliario de Oficina (¡wow!), era el lugar ideal para cacharrear con lo próximo en tecnología. En la foto, arqueología pura, se me puede ver posando al lado de un iMac, el abuelo del ordenador desde el que escribo estas líneas. Es más, lo que se ve en su pantalla es mi página web de aquella época. Ya se me había olvidado cómo era. Qué tiempos aquellos.
Se convirtió en costumbre anual visitar el SIMO, generalmente con Fito, y el viaje se llenó de rutinas: el tren en el que siempre nos encontrábamos los mismos, el metro hacia Ifema, leerse el correo y saludar desde el stand de Apple… Con los años, se iba adquiriendo veteranía. Ya no cogíamos todos los papeles y folletos con los que nos asaltaban (el papel pesa, mucho), ya no nos sorprendía la escasez de ropa ni la largura de las piernas de las azafatas (un recurso explotado hasta convertirlo en una ridícula seña de identidad de la feria), y muchas veces ya íbamos a tiro hecho. Allí compré alguno de mis móviles más avanzados (para la época), investigué sobre la compra de mi primer portátil, hice algún que otro negocio y chanchullo, pude jugar y convencerme -año tras año- de que Mac OS X era el sistema operativo que necesitaba…
Son muchas anécdotas y muchos recuerdos los que guardo de aquellas agotadoras excursiones. Pero con los años, la visita a la feria se convirtió más en una excusa para visitar la capital, Malasaña y a los amigos, que una razón de peso. Cada vez eran menos pabellones, menos los fabricantes que exponían en ellos, y las novedades más escasas edición tras edición. La última vez que estuve salí de allí con la impresión de haber visitado una feria de fabricantes chinos de memorias usb y colgantes luminosos para el móvil. Muy triste.
Por eso, no me ha sorprendido leer la noticia de la cancelación del SIMO de este año, a un mes de su celebración. Se veía venir. Pero que no le echen la culpa a la crisis. No. La feria ya estaba herida de muerte desde hace, al menos, tres años. Se celebraba más por inercia que por interés. Se había convertido en un circo en el que la gente se pegaba por un pisapapeles de promoción, en el que el aspecto profesional pesaba cada vez menos, como la ropa de las azafatas. ¿Crisis? Sí, la de una feria que perdía atractivo por momentos y que las empresas abandonaban antes de que se hundiese con sus expositores dentro. Dicen que volverá con energías renovadas en 2009. Lo creeré cuando lo vea.
Seguiremos informando.
PD: ¿Fue en 2001 mi primera visita al SIMO? Al menos es el primer año del que tengo fotos. Pero claro, mi primera cámara digital fue de ese año, así que puede que fuese alguna vez antes. Sin fotografías, pierdo la memoria.
1 comentario sobre «SIMO (Descanse en paz)»
Puede parecer tonto, pero el SIMO de hace 10 años (tal vez 9) fue la excusa para el primer viaje solos que hice con mi ahora marido, y si, fuimos al SIMO, y al rastro, y a muchos otros sitios…..no volví aunque tuve invitaciones pero quedará en mi memoria por motivos más románticos que tecnológicos 😀