Escuchando: Weather with you (Crowded House)
Tengo que visitar más a menudo a los hijos de mis amigos. Hoy ha sido verme el careto y echarse a llorar. Ha durado poco, en seguida era ya verme el careto y ponerse a posar… ¡foto!
Después de una tarde de juegos infantiles, la vuelta a casa ha sido como un paseo bajo la lluvia, pero… no, sin pero: un paseo bajo la lluvia. Música, y un paraguas para que mi constipado no se haga fuerte en mí, aunque da igual: aquí eso de que llueve para abajo es una verdad a medias, y los paraguas solo son útiles así también; a medias.
Luego, mientras cenaba, salía la previsión del tiempo en La Primera. Siempre me hacen gracia, se aventuran a hacer previsiones para los próximos cuatro días, y ni siquiera aciertan con el tiempo que ha hecho hoy (decía el hombre que había habido algún chubascos débil por aquí, y ha estado toda la tarde lloviendo como si no lo hubiera hecho nunca). Las previsiones del tiempo en esta tierra son como las de mi humor: se pueden hacer pero no sirven para mucho. Prever algo tan cambiente es como tirar una moneda al aire y ver si sale cabeza o número (mi jefe dixit).
Después de la información meteoro¿lógica? ha empezado esa joya televisiva que es Mira quien baila. Sic. Poco se puede decir de un programa donde, por ejemplo, sale Miriam Díaz Aroca (algún día la gritaré, para vengarme) o el famoso Mariano Mariano (que es célebre por… por eso de.. ¿por qué es famoso?) es juez en un certamen de baile. No haré más comentarios. Engullí rápidamente un par de napolitanas de chocolate y huí de la cocina, lejos de la caja tan tonta.
En fin. Cosas de un lunes.
Seguiremos informando.
PD: Ya que hablaba de mi jefe. Yo trabajo de… ¿de qué? Hoy he estado evaluando un artículo sobre la cría de la trucha. Si, de la trucha. Lo que viene siendo una trucha. Ya saben. Trucha. Pues eso.