Escuchando: She’s a stranger (London Luxury)
No deja de resultar triste que en esta ciudad haya que mantener casi en secreto la fecha, la hora y el lugar de un concierto para que se pueda celebrar; para que no venga la policía a advertir que es mejor que no se lleve a cabo; para que una persona (una en concreto, una respetable -sic- ciudadana) no se entere de que jóvenes libertinos, greñudos y ruidosos piensan celebrar unos de sus aquelarres demoníacos.
Es igual, a pesar de todos los impedimentos, el que la sigue la consigue y anoche se pudo disfrutar de un magnífico concierto en Santander: London Luxury por fin pudo descargar la energía de sus canciones en Santander, en el Bar Soto. Sitio curioso, nunca había estado allí. Todos sabéis cuál es: el del cartel de Jack Daniels, enfrente del Palacio de Festivales. Y es un tugurio. Y no lo digo con desprecio, todo lo contrario: estrecho, lleno de carteles, con gente de todos los pelajes (había por allí alguno jugando al ajedrez) y con mucho buen rollo… Uno entra allí y se da cuenta de que está en un local mítico de nuestra ciudad.
Y es tan mítico, que incluso los conciertos se acompañan de anécdotas surrealistas. Siempre es bueno tocar con bombín. Nunca se sabe cuándo te puede caer un tubo fluorescente en la cabeza. Esas cosas pasan.
Seguiremos informando.