El año pasado abrieron un restaurante en Tel-Aviv, en el que no servían nada. Pero de verdad. Tu ibas allí, te sentabas, elegías la comida, los camareros hacían como que te la servían… y al final te traían la cuenta (ésta sí, real) y tú tenías que pagar religiosamente por la no-comida…
Ésta es una de las muchas anécdotas que se contaron en la mesa de la cena del martes, una mesa con muchos franceses, bastantes griegos, un israelita y un español. Una cena en uno de los mejores restaurantes de Rennes, o eso nos dijeron. Podría ser cierto, porque el edificio era una casa del siglo XVI, y la comida, al más puro estilo francés, era hiper-elaborada, más estética que abundante, pero de chuparse los dedos… uy, no, que era un s itio muy fino… era… deliciosa.. sí, eso, deliciosa, que queda mejor…
El viaje a Rennes al final estuvo bien. No tuve problemas para coger el tren en el aeropuerto de París, y llegué a mi hotel a eso de las 10 de la noche. Subo a mi habitación, abro la ventana y…. ¿qué veo? el FNAC de la ciudad. Desde luego, así no hay quien ahorre…
Esa noche salí a dar una vuelta, cámara en bolsa, ya que iba a ser uno de los pocos ratos que iba a tener para explorar la ciudad…. una ciudad con 180,000 habitantes, plus 60,000 estudiantes, y eso se notaba: había mucho mucho ambiente, mucha gente joven abarrotando terrazas, calles y plazas. Tanta que en lugar de volver al hotel pensé en serntarme con una cerveza a ver pasar la vida francesa… por esas casualidades que tiene la vida, me encontré con mis colegas griegos, así que efectivamente, acabé con una Guinness en una terraza, disfrutando del buen tiempo y de la noche de la ciudad…
Al día siguiente ya tocó trabajar, luego a hacer cola para hacerme entender frente a una empleada del servicio de ferrocarriles franceses, y conseguir mi billete de vuelta a París, y de ahí corriendo a ver si me daba tiempo a entrar en FNAC antes de que cerrasen (prueba superada.. me dio tiempo incluso a pagar un dvd de Radiohead), al hotel a cambiarme y a la cena que os contaba… una cena que duró, desde el champagne del aperitivo hasta el souffle Grand Marnier del postre, 4 horas… y después una visita a algunos de los baretos y pubs de la ciudad… cervezas, risas, conversaciones en inglés sobre lo mundano y lo divino, y así hasta que llegué al hotel, a eso de las 4 de la mañana….
Una hora interesante, teniendo en cuenta que al día siguiente tenía que levantarme a las 8 para seguir trabajando. Fue duro, y por la mañana me pesaban los ojos y las cervezas (y el vino, y el champagne, y…. ) de la noche anterior, pero bueno, no pasa nada. La reunión acabó rápido, y yo me fui comer con los franceses mientras el resto, que se quedaban un día más en Rennes, se iban a visitar Mont St. Michel… qué rabia, qué envidia, si lo llego a saber, alargo un poco más el viaje… bueno, para la próxima…
La tarde de ayer fue dura: con cuatro horas escasas de sueño, fui cambiando el ronroneo del taxi por el del tren por el del avión (con retraso) por el del coche… hasta que llegué a casa, a eso de las 12 de la noche… con algún susto por el medio, como cuando al llegar al aeropuerto de París me di cuenta de que los billetes de avión estaban a nombre de Ortiz, Fernando. Que no sé quién es, pero yo no.
No tuvo mayores consecuencias, y pude montarme en al avión de Air France, y desgustar un bocadillo de queso, con pan del día anterior (literalmente, lo ponía en el envoltorio) y comprobar así en primera persona las cualidades de los cuerpos elásticos….
Además de bocadillos, el avión también incluía entre el pasaje dos ojos azules que yo acababa mirando una y otra vez, sin poder evitarlo. Habían superado en un punto el record conseguido por una de las encantadoras recepcionistas de mi hotel…
Y… y… y eso es lo que hay… me dejo en el tintero muchas anécdotas que pasarán a la lista de batallitas personales, pero en resumen, el viaje fue mucho más divertido de lo que esperaba…
Ahora a esperar hasta el siguiente, que por lo visto será en breve, y a Toulouse. Si hay que ir, se va.
El día de hoy ha sido más triste… como decía ayer, me entere de malas noticias. Hoy he pasado media mañana en un entierro… perra vida…
Seguiremos informando….