Escuchando: No cars go (The Arcade Fire)
Qué ciudad. Hay días en los que la Springfield de los Simpson me parece mucho más seria y lógica.
La Plaza Porticada. Uno de los rincones más emblemáticos de nuestra capital. ¿Por qué se llama así? ¿Por sus pórticos? Efectivamente. Aunque su nombre oficial es Plaza de Velarde. De hecho, tenemos también estatua de Velarde. Aunque no estaba en la plaza. Pero casi.
Hace unos meses (muchos, ya), el Ayuntamiento comenzó la remodelación de la plaza, para peatonalizarla, convertirla en lugar de encuentro, y devolver, por fin, a Velarde a su lugar.
Del dicho al hecho hay… joder, todo lo que hay. Hace unas semanas, el alcalde inauguró (¡flash!, ¡flash!) por fin la nueva plaza. Y tan ancho, que se ha quedao.
La estatua de Velarde está en su plaza. Escondida en una de las calles que acceden a ella, más bien. Encajonada entre dos edificios, y mirando a Hacienda.
En el medio de la plaza hay… la nada más absoluta. Más que lugar de encuentro, se trata de una agorafóbica ruta de paso. Cemento, baldosas, y ni un sólo árbol. Desolador. Aburrido. Feo.
La plaza, por no tener, no tiene ni farolas. Bueno, sí: tiene unos focos incrustados en el suelo. ¿Y adónde apuntan? ¡Al cielo! ¡hasta el infinito y más allá! O sea: pasándose por el forro de los cojones cualquier mínima consideración sobre contaminación lumínica. Ole.
La plaza está inaugurada, aunque una buena parte de ella permanece en obras y cubierta por una carpa. Se encontraron refugios de la Guerra Civil, y tampoco era plan de esperar a que se decidiese qué hacer con antes de salir en la foto… a ver si se iba a pasar la fecha de las elecciones, e iba a seguir todo manga por hombro.
Lo mejor, lo de los bancos. Sí, los hay. Unos bloques de granito negro pulido, diseminados por la plaza hacen tal función. Parecen tan incómodos y… (¿cómo decirlo…?) tan poco… bancos
que la empresa constructora ordenó a uno de sus empleados que dedicase varios días a sentarse en ellos a leer el periódico. Para que la ciudadanía viese para qué sirven los pedruscos esos. En serio.
Y ahora qué: ¿Santander o Springfield?
No se vayan todavía, aún hay más. Con tanto espacio libre en la plaza, y una carpa ya plantada, podían haber aprovechado para poner allí LMDTLC. Pero no, LMDTLC la están instalando en la plaza del Ayuntamiento.
¿Que és LMDTLC? Pues La Madre De Todas Las Carpas:
Va a servir para mostrar a los ciudadanos el nuevo Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento. Luego se quejan del excesivo gasto del Gobierno Regional (o sea, del otro bando) en propaganda (que algo de razón llevan), pero al menos los carteles en las marquesinas y los folletos no nos salen al paso, ni fagocitan plazas. Supongo que hace años, en algún plan de ordenación urbana de estos, fue donde se presentó el Palacio de Exposiciones que ya tenemos, o las existentes salas del Mercado del Este; pensados para erradicar de la ciudad estas horribles carpas. Pero no, como con fines electoralistas todo vale, mejor donde más estorbe, que así entrará más gente.
Es descomunal, incómoda, molesta, entorpece el paso y el disfrute del punto más céntrico de la ciudad, y va a estar ahí dos meses ¡Dos meses! Como diría Michael Jackson, ¿es que nadie va a pensar en los niños? Ni creérmelo puedo. Desde algunos puntos de la plaza la carpa oculta incluso la estatua de Franco. ¿A dónde vamos a ir a parar? ¡Vaspaña!
En fin. Entre carpas y obras, la verdad es que Santander ahora mismo es un caos. Menos mal que hay zonas que van tomando forma. Venga, políticos, júntense para la foto, y sonrían. Una de esas obras que ya se vislumbran es la de las escaleras mecánicas. En la calle. La verdad es que cuanto más lo miro, más me sorprende. Nunca había visto ningunas fuera de metros o centros comerciales. Jamás al aire libre, que yo recuerde. A la intemperie, totalmente. Y como aquí no llueve… espero que sean (bien) resistentes al agua. No vaya a ser que se convierta en otra de esas ideas geniales que luego funcionan lo que viene siendo mal.
Autobús de la línea número 7: cercano.
Seguiremos informando.