Escuchando: Afganistán (Tachenko)
Estas líneas no llevan foto, no tienen imagen. Esta mañana, un fotógrafo español miembro de la agencia AP ha sido secuestrado en Gaza. Emilio Fernández Morenatti no podrá, de momento, realizar su trabajo, su magnífico trabajo: sus fotografías de Afganistán, por ejemplo, valen mucho más que mil palabras. Esperemos que pronto pueda volver a ponerse tras la cámara.
Una imagen puede contar una noticia mucho mejor que algunos periodistas. Eso también me ha quedado claro hoy. Me he enterado de todo esto a través del telediario de Telecinco. Sobreimpreso en pantalla, el siguiente mensaje: «Ningún grupo a reivindicado la acción«. El letrero desaparece unos segundos, pero vuelve a mostrarse, insolente: a reivindicado. Ahí, con dos cojones. ¿Le encargaron la redacción del texto a un becario adicto al mvl o a un analfabeto? ¿quizás se den las dos circunstancias?
Un error lo tiene cualquiera. ¿Y dos? Parece que también. Minutos más tarde, en otra noticia sobre inmigración, oigo la siguiente frase: «Momentos antes que salga el tren, bla bla bla.» Eso, no caigamos en el dequeísmo, que parece de incultos, y por si acaso vamos a evitarlo aunque esté correctamente utilizado.
Y así nos va. Tan modernos y modernas con los posibles lectores y lectoras que si no se especifican los géneros másculino y femenino de cualquier sustantivo, somos unos intolerantes energúmenos y machistas. Si mientras tanto se nos olvida cómo leer, cómo hablar y cómo escribir, da igual, eso no importa. Si se pone de moda lo de ser analfabeto funcional y borreguil, pues nada: todos a una.
Mucho mejor una buena fotografía, que una patada al diccionario, sí.
Seguiremos informando, denunciando faltas ortografía, y lo que es mucho peor: de libertad.
3 comentarios sobre «Sin foto»
Hace poco oí en un telediario que la mitad de los jóvenes españoles declaraban no leer ni un solo libro al año.
Aparte de lo espeluznante de la noticia, el dato me llevó a pensar en las fuentes culturales de todo esa gente.
La cuestión me la resolvió uno de mis hermanos (miembro confeso y orgulloso de esa mitad necia), aunque la verdad es que era obvia: de la tele.
Así nos va.
PD: Obviaré las connotaciones peyorativas del adjetivo «borreguil».
Bueno, parece que le han liberado no? 😀
Ay, la tele, la tele, qué peligro tiene. Lo de usar el «borreguil» no tenía ninguna otra connotación, que conste, ¿eh? 😉
Y sí, parece que todo ha terminado rápido, y bien 🙂