Escuchando: Cántabros (Cahórnega)
El curso de fotografía, como curso, y para ser sinceros, no ha dado demasiado de sí, al menos para mí. Pero ha sido un fin de semana genial: gente majísima entre fotógrafos trotamundos, diseñadoras maqueras, asistentes que hemos juntado un arsenal en material fotográfico… todo ello en un albergue con cabañas en medio de un paisaje espectacular, y con una cocinera que nos ha cuidado el estómago a base de bien. Súmese una ruta que se hizo un poco larga con tanto calor (qué días, oiga), pero que mereció la pena por llegar a un sitio tan impresionante como La Braña de Los Tejos; costó subir, pero comer allí arriba tirados a la sombra de esos árboles fue la mejor de las recompensas.
El sábado por la noche no había ningún plan especial, pero acabó siendo uno de esos días en los que se acaba con agujetas de tanto reír. Acabamos a la una y pico de la mañana haciendo fotos tétricas, tontas y saltarinas a la luz de la luna y dos flashes.
Y hoy hemos estado viendo las fotos que habíamos hecho el día anterior, incluso organizando algún mini-concurso. El resultado ha sido claro: importa mucho más el ojo que la cámara, y en el curso había gente con muy, muy buen ojo.
Aunque lo mejor vino después. El rato que hemos estado jugando (porque ha sido eso, jugar) con tres focos de estudio y un fondo, ha sido para mi lo más provechoso del curso. Todos nos convertimos en modelos y fotógrafos por un rato, y el resultado fue divertidísimo. Hay que ver lo que dan de sí tres focos. Tomo nota.
En definitiva, lo que había dicho: un fin de semana genial.
Seguiremos informando.
4 comentarios sobre «¡Salta! ¡Flash!»
Pues si… los dos premios fueron para dos cámaras digitales compactas… con los maquinones que había por allí!!
Aun no salgo de mi asombro.
Coincido contigo. La mejor palabra que has podido escoger para definir el fin de semana es esa: genial.
Hombre, creo que todo el mundo entiende que yo con el mejor ordenador y procesador de textos del mundo nunca estaré a la altura de Cervantes, que usaba una sencilla pluma. No entiendo porqué la gente sigue emperrada con el tema de las cámaras en la fotografía. Basta con trasladar los topicazos que se suelen oir hablando de fotografía al mundo de la literatura para darse cuenta de lo ridículos que suenan:
– !Ostras¡ Vaya pedazo de cámara. Tienes que hacer unas fotos cojonudas…
– ¡Ostras! Vaya pedazo de boli. Tienes que escribir unas novelas cojonudas…
– Me encanta tu foto «X». ¿Como la hiciste? ¿Con qué cámara y objetivo?
– Me encanta tu último libro. ¿Como lo has escrito? ¿Qué procesador de texto has usado?
En fin, lo dicho…
Hombre, Borf, en esto de la fotografía algo si que influye el equipo. No es lo principal, ni es imprescindible, pero a veces un filtro, una buena óptica o un flash adecuado hacen que la foto gane mucho.
Aunque claro, el ojo del que echa la foto es lo que marca la diferencia.
Lo único realmente importante del equipo es que realmente te permita hacer lo que quieres hacer, con precisión y en cada instante. Por ejemplo, si quieres hacer una foto borrosa y movida, porque es lo que quieres expresar, la cámara te permita hacer eso. Y para hacer una foto borrosa y movida vale cualquier cámara.
Más ejemplos:
– Lo que citas de una buena óptica. ¿Y si lo que yo quiero es una foto viñeteada? En vez de una buena óptica, lo que necesito es una mala, que me viñetee. (Ejemplo en uno de los últimos posts de http://www.theonlinephotographer.com).
– Los que nos ha mostrado RTZ con su cámara Lomo (o todo lo que puedes encontrar en http://www.lomography.com
– El ejemplo de la FunkyCam en http://www.luminous-landscape.com/essays/funkeycam.shtml (hay que ver lo que hay que pagar en ebay por una camarita de estas después de que se hicieran famosas por este artículo…)
– Volviendo al equivalente literario: Un rotulador gordo que me permite hacer unos bonitos rótulos en un cartel no es lo más apropiado para escribir una novela. Un boli (cualquiera, con unas minimas características) si es adecuado para escribir la novela, pero no para hacer rótulos. Vale, un boli bueno me facilitará la tarea, se me cansará menos la mano, me durará más, pintará mas bonito; pero la novela depende de lo que yo escriba.
En fin, que considero que mientras la herramienta sea la adecuada para lo que quieres hacer, el «arte» está en el ojo y la cámara poco puede hacer…