Escuchando: It’s all over but the crying (Garbage)
Siento ser un árbol; siento haber tenido ramas, hojas, y todas esas cosas que forman parte de nosotros; siento haberme interpuesto en tu visión del paisaje, y que ésta fuera la única solución razonable que encontraras. Nunca entendí tus razonamientos.
Total, ¿qué más da? Qué cojones, soy un árbol, soy parte del mobiliario. Voy a seguir estando ahí, madera en la que apoyarse, si se da el caso de perder de vista el equilibrio, madera en la que grabar a punta de inicial amores presentes, pretéritos perfectos, siempre ajenos.
Y si las ramas molestan, se quitan, que nadie se va a quejar. Yo no. No se me permite, desramado, desarmado. Además, lo sabes, sólo tienes que mirar hacia abajo para encontrarme de nuevo. Aquí sigo. Qué pasa, tronco.
Un día me voy a plantar. O a desplantar, mejor dicho. Tú no te darás cuenta, hasta que tropieces, busques mi corteza rugosa pero firme, no la encuentres y acabes estrellándote con gracia (siempre tuviste estilo) contra el suelo. No pasará nada, te levantarás, y buscarás otro árbol para la próxima ocasión. Será por árboles.
Ni te volverás a acordar de que una vez miraste a través de mis hojas, que incluso algún día te detuviste, de pasada, en ellas.
Yo seguiré intentando buscar el equilibrio entre ser absolutamente prescindible, y no del todo prescindible. Ardua tarea para alguien como yo.
Siento haber sido un árbol.
2 comentarios sobre «Cuando las ramas estropean las vistas»
Soy árbol como tú… este post podria habero escrito yo,me ha impresionado verme tan reflejada. Pero sabes? creo que nunca dejaremos de ser árboles aunque a veces nos entren ganas de arrancar nuestras raices para que sepan lo que es no encontrarse con nuestro cobijo. Besitos
Lo que me extraña es no encontrar ninguna alusión a una de las actividades que más deben molestar a un arbol (podas aparte). Servir de urinario para perrors.. 🙂
ave rober!