Escuchando: Growing Up (Peter Gabriel)
Hay un montón de detalles en los que hay que alinearse, no suele haber término medio. Naranja o limón. Windows o Linux. Pc o Mac. Operación Triunfo o música. Cerveza o copazo.
Con las agendas electrónicas pasa algo parecido. O te gusta Palm, o te gusta PocketPC. Miscrosft o los otros, para variar.
Yo he de reconocer que con estos aparatejos tengo una relación amor/odio. Me explico: me compré una Palm, hace ya la tira, la más sencilla que había, y no tardé en acostumbrarme a apuntar todo allí. Es de lo más útil. Pero no tenía ni colorines, ni luz en la pantalla ni mucha memoria, ni nada de nada. Así que al cabo de unos meses la cambié por el otro extremo de la gama de Palm. Una que tenía casi de todo.
Sin embargo, pasaron los meses, y acabé usándola más como reprodcutor de música que como agenda, asi que la malvendí (je je) y me compré un iPod. ¿Resultado? era musicalmente feliz, pero se me olvidaba todo. Así que volví a caer y me compré otra agenda, vuelta al principio: otra vez la más sencilla de la gama de Palm. Blanca, a juego con el iPod 😉
Y con ella he seguido hasta ahora, pero creo que voy a experimentar a pasarme al lado oscuro: hay un PocketPC en una mesa del trabajo que no se usa desde hace años, y creo que voy a experimentar un poco con él. Es más grande y pesado que la Palm, pero bueno, ya estoy acostumbrado a ir con mil trastos a todas partes… Además he conseguido que se hable con mi Apple a través de una red inalámbrica, que me parecía el paso más complicado…
Y es que a pesar de su sistema operativo (¿cómo se puede hacer un windows en el que NO se puede cerrar una aplicación, sólo minimizarlas?) hay programitas para PocketPC que no he conseguido echar a andar en las Palm, como los de planos de ciudades, una de las cosas más útiles que se pueden meter en estos cacharros (junto a diccionarios, un Mahjongg y el Bejeweled, por supuesto…)
En fin, me salió la vena de entusiasta tecnológico, como me llama alguno… Seguiremos informando.