Escuchando: Only Time Will Tell (Asia)
Tú no te acuerdas de mí. Pero a mí no se me ha olvidado aquella mañana. Es una de esas anécdotas que se quedan ahí mientras un montón de cosas que realmente importan, se van olvidando…
Estábamos en plena época de exámenes, y los sábados había que ir tempranito para coger sitio en la biblioteca. Una biblioteca que, en estos casos de aglomeraciones, mostraba una de sus carencias: la de sillas. Faltaban unas pocas, y cuando aquello se llenaba había que estar al cuidao de que no te la birlasen… Surrealista, pero cierto.
Había tanta gente aquella mañana que incluso abrieron una sala pequeñita que generalmente estaba reservada para grupos. Y allí me dispuse a estudiar con un amigo, a dejar pasar una de tantas mañanas…
Y llegaste tú, con tu novia. Ella, discreta, muy guapa, muy mona. Una chica de esas que no llaman la atención por nada en especial, pero la llaman. Tú, el más duro al oeste del Pecos, mezclando el look del Brando más efervescente con la del tradicional macho ibérico, mirando por encima del hombro a todos los presentes (lógico, por otra parte: estábamos sentados). Tú y tu novia dejásteis los trastos en la mesa y al poco rato os fuistéis. Café o reajuste hormonal, a saber. El caso es que os fuisteis y alguien vino y se llevó la silla de tu novia. Ale, cómo se pasan. Qué gente.
Viniste, y no tardaste en darte cuenta de lo que había pasado. Aquí se va liar, pensaste. Y la liaste, efectivamente. Como buen caballero, te sentaste en tu silla, y comenzaste a jurar, gritando, pegando puñetazos en la mesa, soltando amenazas e improperios contra el desalmado que había osado ofender a tu novia. Novia que, por cierto, no sabía dónde meterse, pero de pie, eso sí, mientras tu seguías gritando sentado y sin hacerla caso, hasta que ella se fue a buscar una silla; no sé si para sentarse o para que te callases.
Situaciones como éstas son las que le hacen pensar a uno ¿qué coño pinta una chica como ésta con un energúmeno como éste? Vale que lo del puntillo malo pueda resultar atractivo (circunstancia que me hace tener el mismo sex-appeal que un Osito Amoroso, más o menos), pero tampoco es cuestión de llevar las cosas a los extremos. Digo yo.
Eso sí, dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio. A ella la he vuelto a ver, en compañías que no caen tan mal a primera vista.
Y tú y yo nos hemos vuelto a encontrar en circusntancias muy distintas, hay que ver las vueltas que da la vida, ¿no?
Seguiremos informando.
1 comentario sobre «El manual del imperfecto caballero»
Tengo que dejar de leer este weblog, porque cada vez que leo estas cosas me quedo con la intriga de saber quiénes son esas personas (porque seguro que las conozco, Santander es muy pequeño y la facultad más aún).