Escuchando: Chasing shadows (Kansas)
En la pared parecen perfectas. Definidas, reales, vivas. Uno puede soñar con ellas, imaginar lo que la falta de color nos oculta. Fantasear sobre ellas. Y sí, en algún lugar de nuestra consciencia, sabemos que sólo son eso: sombras. Reflejos de una realidad que tiene la misma forma, pero distinto contenido, un contenido más complejo, pero menos atractivo porque no coincide con lo imaginado.
Y un día, en un doloroso momento, nos decidimos a girar la cabeza, a volver la vista hacia la luz, y a descubrir cegados el truco, la realidad. Ora chi ho perso la vista, ci vedo di piu.
Y algo hace click en el interior de nuestra cabeza, algo que nos haría pegar un puñetazo en la mesa si hubiera mesa, beber el vaso de un trago si hubiese bebida. Abrir los ojos de una puta vez. Y decidir que el invierno es la mejor estaciòn para abrigarse, aunque sea con un abrigo hecho de amabilidad, sonreír, aprender a fingir. Convertirse en el perfecto anfitrión de una fiesta a la que no va nadie; beberse uno mismo el ponche de ilusiones, y despertarse con resaca, sintiéndose mal, pero vivo.
No esperar nada ni a nadie. Pero de verdad. Sin engañarse.
Meditaciones de un sábado, demasiado tarde, demasiado sereno.