Escuchando: Misunderstood (Dream Theater)
How can I feel abandoned even when the world surrounds me
How can I know so many
Never really knowing anyone…
…I have been
Misunderstood
Ya lo he comentado aquí en alguna ocasión. Para dedicarme a lo que me dedico, tengo una preocupante incapacidad para entender y hacerme entender. ¿Soy un mal interlocutor? ¿son los demás? La eterna pregunta.
Las seis líneas que he leído y releído hoy antes de borrarlas no son el mantra que me tengo que repetir estos días. Opiniones que respeto, líneas, caracteres que agradezco, pero que no comparto, que no entiendo. Lo he intentedo, me ha acercado a esas letras hasta que se han desdibujado, hasta que se han convertido en una agrupación de puntos, de motas de luz sin sentido. Pero nada. No ha habido manera. Teniendo en cuenta que Suerte es mi segundo apellido, que Mala es el primero, Obtuso debe de ser el tercero. Mi árbol genealógico, mi ADN.
Siempre espectador, me siento como si hubiese visto una película maravillosa, pero perdiéndome el final. Vale, sí, he llegado a los títulos de crédito, he visto el The End, pero se me ha escapado el sentido. Me han contado un poco por encima el final, pero no me encaja, no me imagino a los protagonistas en esa escena. Siempre he dicho que me gustan las películas sin final feliz. Es verdad. Y en cualquier caso me gustan mucho más que las películas sin final, o con no-final.
Intentaré acordarme sólo de las escenas que vi(ví) y olvidarme del resto, olvidarme, dejar de preocuparme. Porque la verdad es que estoy cansado. Cansado de centrifugar ideas, de imaginarme, de esperar, de no esperar. Tengo que salir de este cine para entrar en el de siempre, en el de mis películas, en el del señor barbudo en la ventana, en el cine en el que tengo a un desconocido a cada lado, en el que me saludan al entrar.
En el que me despiden el salir. Pero es siempre un hasta luego.