Ayer empecé la noche tirando guijarros a la ventana indebida, haciendo alguna llamada más de las necesarias, por inercia, por desconcierto, por preocupación. Molestando, vaya. Con la rabia que me da a mí eso. Ay, lo siento.
Luego por la noche me lo pasé bien, creo… hubo un poco de todo: fotos y anécodotas de luna de miel, teoría sobre el voley y la restauración de redes (fruto de un encuentro nocturno surgió un desafío interdepartamental, próximamente en la playa..) Hubo planes para hacer planes, hubo curiosidades, hubos risas, hubo canciones agradables… Y sin embargo, estos días arrastro un poso que anoche hizo que me descubriese varias veces pensando en un país lejano. En Babia, en concreto. Y es que hay detalles de estas fechas que hacen que me acuerde del verano pasado, de mi verano sin verano, de esos días de bodas, bautizos y funerales, en los que lo único real era una habitación de hospital, y el resto era un caluroso decorado de cartón-piedra con forma de ciudad, por el que me movía de forma mecánica… así visité ferias del libro sin saber muy bien lo que miraba, visité ferias medievales sacando fotos sin saber muy bien lo que hacía… me encontré a gente sin saber muy bien qué decirles… Y de todo esto me acuerdo estos días, porque se acerca un triste aniversario, y porque aunque ayer hacía la broma con mi dvd, sí que tengo vacíos, de verdad, que nunca conseguiré llenar… Igual ese es el misterio de mi falta de peso, mi manía, mi costumbre o mi habilidad para irme llenando de huecos, como quien colecciona chapas de cava… |
Seguiremos informando…
PD: Y si alguien no sabe de lo que estoy hablando hoy, no lo voy a explicar… estoy seguro de que vistazo a las páginas de este diario de hace un año, que no tengo intención de releer ahora, aclararán las dudas a los que no encuentren sentido en estas líneas…