El último libro que he leído más bien lo he devorado. Era cortito, era interesante y era de uno de mis escritores preferidos, así que me ha durado un par de días…
El año del diluvio, de Eduardo Mendoza. La novelita más seria de todas las que he leído suyas, pero una delicia. Recomendadísimo. Y para los vagos, se ha hecho película, que aún no he visto…
Y de oca a oca, y leo porque me toca. Este libro de Mendoza lo compré junto a otra novela de el otro, de mi otro escritor preferido: Juan José Millás. En concreto, una novela que se ha hecho bastante popular: Dos mujeres en Praga. Llevo 70 páginas y ya me he enamorado de la historia, de los habituales límites difusos entre realidad, fantasía, escritor, personaje, invención, sueño… el universo privado de Millás, al servicio de una historia que atrapa desde la primera frase…
Además, a las nueve páginas por fin me enteré de la razón de ese título, que aparentemente no tiene nada que ver con el argumento de la novela…
Pero con Millás nunca hay que fiarse de las apariencias…
Todo el mundo tiene una herida por la que supura un «lo que no», que ningún «lo que sí», por extraordinario que sea, logra suturar…
Seguiremos informando…