Efectivamente, ayer estuve en la playa. Y allí me terminé el libro de Mundodisco que me traía entre manos…
Y después, efectivamente, fui a echar un vistazo a la Feria del Libro Viejo, aunque fue una ojeada demasiado rápida: habrá que volver más días. Primera impresión: este año sí que hay más libros de segunda mano, y menos libros nuevos de promociones, colecciones y ediciones de bolsillo…
Y si, también fui al concierto de Paolo Latrónica en el Rolling Rousing de Perines. Llegué un poco tarde, pero pudimos disfrutar de un buen puñado de canciones, de los punteos de Grijuela, de la voz de Marcela, del saber hacer de Paolo, y del puntillo del percusionista, del que no recuerdo el nombre, pero que se marcó un solo digno de elogio…
Después del concierto, una mala y una buena. La mala, que es dificil admirar a alguien de la misma forma, una vez descubiertos sus vicios. La buena: que después de la música en vivo, la música enlatada fue una delicia: Dire Straits, Steppenwolf, Guns n’ Roses, Police, El último de la fila…. A tener en cuenta.
Hoy he dedicado lo que llevo de día a poner a punto mi portátil recién vuelto a la vida (el emule ya emula, el clone ya clona) y a empezar un libro, que ya tenía ganas de meterle mano, el libro que me regalaron por mi cumpleaños Sandra & Dani, Windows on the World. Del mismo autor que 13,99 Euros, y al igual que ése, ácido, crítico, directo. Al menos en las páginas que llevo leídas.
Un libro sobre el 11S escrito en otro rascacielos que sí conozco bien: la torre Montparnasse de París, en concreto en su cafetería del último piso. Cafetería desde la que ya he subido en dos ocasiones a la azotea, la segunda de ellas para congerlarme mientras tiraba unas maravillosas fotos nocturnas de París.
Seguiremos informando…