Qué barbaridad. Entre trabajo, playa, cenas, bombas (hijos de puta…), y reanimación de ordenadores, llevo desde el miércoles sin escribir aquí. Trataré de desfacer el entuerto…
El miércoles…mmm… ¿qué hice el miércoles? ah, si, ya. Lo más destacable del día fue que me compré un trípode para la cámara (de tamaño intermedio entre el de emergencia que llevo siempre encima. y el trasto que tiene mi hermano..) y que mi hermana (mayor) me dio un trozo de cartón diciendo no se qué de que se casa y que me invita, o algo así…
El jueves ocurrió algo. Aparte de lo de la bomba, claro. Algo bueno. Ago que sólo pasa de cuando en cuando, pero que siempre es memorable. Cena padnera, con gente que venía de lugares que rondaban entre el lejos y el muy lejos. Contundente comida italiana, horno de leña, sangría, cerveza, chupitos, intercambios de mercancías en medio de la carretera, donuts, fotos. Vamos, la típica y repetible (esperemos) cena padnera.
Cena que tuvo su fin de fiesta (a una hora respetable para ser jueves y con muchos de los asistentes en necesidad de madrugar al día siguiente) en el Cormorán, con (más) cervezas, copas, copones, anécdotas de viajes y curiosidades varias, alrededor de una mesa redonda y con alguna que otra agradable incorporación de penúltima hora…
Y ayer… fue un día de mucho sueño, de trabajo, de instalación de disco duro nuevo, de siestas en la playa, de compras por el centro, de exposiciones de fotografía, de terracita al sol, de siluetas, de lectura, de mucho sueño (todo ello en ese orden…)
Y hoy… hoy me voy a la playa, claro. Y después a echar el primer vistazo a la Feria del Libro Viejo, que se inaugura hoy. Y después, quizás, a algún concierto… ya se verá…
Seguiremos informando…
PD: Ah, y gracias a zom, que en su febril (literalmente, por lo que cuenta) actividad de renovación del diseño de su página, me ha incluído en su sección de enlaces. Mola.