Escrito el 09-07-2004

Hace unas semanas, mirando las revistas de música en un quiosco, vi una en la que regalaban un cd. Un disco que ya tengo, y que hacía mucho que no escuchaba… Me fui de allí sonriendo, pensando en las canciones de ese disco… cuando lo escuché por primera vez con calma, me sorprendió y me divirtió, porque los títulos de algunas canciones, algunas frases sueltas, algunas ideas… todo me resultaba muy cercano, muy apropiado, muy personal…

Aunque a mi no me han robado ninguna mountain-bike, eso no… El disco era Un hombre feo, de Sergio Makaroff…

Ayer me volví a acordar de ese disco. Alguien me dijo que había echado una carta al buzón. Una de esas costumbres que poco a poco se van perdiendo. Al igual que las cabinas de teléfono, los buzones poco a poco se van convirtiendo en mobiliario, urbano e inútil. Y da rabia, es una pena recibir sólo cartas del banco, sólo folletos del Carrefour, sólo facturas… Ya lo decía Makaroff en una de sus canciones….

De cada cien cartas que mando recibo una, y es de mamá
la gente está tan ocupada, ¿Qué es lo que hará?
Se va a acabar lo de tantos papeles viajando de aquí para allá
en tiempos de fax, soy el penúltimo mohicano de la era postal…

Por eso me hace ilusión encontrar a gente que sigue abriendo la boca de los buzones. Y me hace ilusión que, como hoy, me pidan mi dirección. La postal. La de verdad, donde vivo…

Sí, me da rabia. Esa una lástima que la gente no tenga un rato para ponerse a escribir unas líneas en un papel. No es lo mismo recibir una llamada, o un correo electrónico, que una carta, para eso hace falta molestarse más, no se escribe una carta a cualquiera, sólo a la gente que de verdad nos importa….

Me hace ilusión encontrar a gente que sabe vivir sin prisas, me hace ilusión poder disfrutar con tonterías…

Y me hace ilusión poder llamar a alguien sin tener nada especial que decir…

Seguiremos informando…