Hoy, en lugar de pasar gran parte de la mañana pegado a la almohada, como suelo hacer los sábados, me he levantado pronto, he cogido la cámara y me he ido a ver si pillaba al velero ruso saliendo de la bahía…
Yo pensaba que iba a salir a las diez de la mañana, pero no, los tres palos que sobresalían entre la maraña de edificios y tejados no se han movido hasta las once pasadas… Con lo cual, he tardado yo más en hacer unas fotos, que otros en pintar un cuadro: concurso de pintura rápida en los Jardines de Pereda; cuando he pasado a las 9 y media de la mañana estaban preparando los lienzos, y cuando he vuelto a pasar de vuelta a las 12 ya iban terminando…
Y entre tanto yo, cámara en mano, pasando el rato, sacando algunas fotos curiosas desde la zona de Los Peligros, mientras escuchaba un disco de Muse (ya que los voy a ver, habrá que ponerse al día…)
¿ha merecido la pena gastar la mañana para tirar unas pocas fotos de un barco? Rotudamente, sí.
Billete de autobús hasta San Martín: 48 céntimos. Ver pasar por delante de mis narices un velero como el MIR, y poder tirarle unas cuantas fotos: no tiene precio.
Hay cosas que no se comprar con dinero. Para todo lo demás, a matarse a trabajar…
Seguiremos informando…