A la gente se le pierde un mechero, las llaves. A veces el móvil. Un bolígrafo. Una dirección. Mi número de teléfono. Cosas normales.
Pero nosotros hemos perdido una red de voley. No aparece. Una red con un poco de óxido, con algún que otro remiendo, con muchos (pero muchos, ¿eh?) años, comprada entre un porrón de gente, con lo que por aquel entonces fueron parte importante de nuestros ahorros…
Desde entonces, año tras año la hemos plantado en el Sardinero para echar unas risas y comprobar que, tristemente y a pesar del tiempo, sigo jugando igual de mal. Pero es que es muy divertido.
Y después de que el verano pasado se pasara en blanco en cuanto a partidos, y en negro para otras cosas, este año no sabemos dónde a ido a parar.
Y es una pena, porque hoy me apetecía un montón jugar un partido…