Noche curiosa la de ayer… éramos todos los que estuvimos, pero no estábamos todos los que somos, ni mucho menos… aún así, fue una cena en la que se mantuvo el espíritu (espiritoso) habitual de estos eventos… el cordón de un zapato me traerá malos recuerdos a partir de ahora, todo gracias a Chimi. Incorregible.
Y después, a un bareto que habitualmente suele estar hasta los topes y que ayer estaba desierto… al principio, que luego se llenó con lo que parecía una cena de empresa, entre cuyo personal había gente que no debía de salir por la noche desde hace algún lustro, a juzgar por el jaleo que estaban montando…
Insisto: una noche curiosa, e la que incluso gente peculiar nos explicó técnicamente en que consiste el rollo heterogay. Qué cosas. Qué gente.
Hoy me da la impresión de que he dedicado el día a andar. No sé ni cuántas veces me he pateado la ciudad. Y me he encontrado a un montón de gente.
No me habría importado encontrarme a alguien más…