Adios a la caja tonta… Sí, como lo leéis… hasta ahora, he tenido en mi habitación un decodificador de Ono… solía ver sobre todo los canales de música, pero me he dado cuenta de que hace meses que ni lo enciendo… ya sólo uso la tele para ver dvds… películas y conciertos… tampoco tengo tiempo para mucho más…
Y lo que es la tele «normal«, aparte de los Simpsons, no veo absolutamente nada… y no me extraña, porque tal y como está el patio… he estado merendando ahora, y me he puesto a cambiar canales (sí, zapping, pero en castellano también se puede decir…) y me he encontrado con un sujeto, vestido y peinado a la última moda borreguil, con un cartelito sobreimpresionado que rezaba: «Ricky Martin baila igual que yo». Ahá. Bien. Le estaban entrevistando en un programa de esos de «Las tardes de el diario de Mari Puri«. Demasiado elevado para mí. No puedo atender a cuestiones tan trascendentales mientras meriendo. No me da el coco…
Un poco más tarde, he vuelto a pasar por el mismo canal… esta vez salía otro individuo… igual que el anterior, vestido a la próxima moda, pero este parecía más calmado y pausado…
Craso error… sin aviso previo que me permitiera ponerme a salvo, se ha arrancado a cantar una tonada de Alejandro Sanz, poniendo caritas y haciendo arrumacos consigo mismo. Espeluznante. No tarda en aparecer la leyenda sobreimpresionada: «Perdí un trabajo por ir a un concierto de Alejandro Sanz». Sí. Bien. Lo raro es que le diesen el trabajo antes de eso. Pero bueno, es lo que tiene el mundo del espectáculo. Que es muy sacrificao. Ozú, si lo es… ahora bien, no tan sacrificado como intentar disfrutar de un yogur con la tele encendida. Eso ya son palabras mayores. Yo no pude. Bendito botón de Off.
Así que nada, razón de más: el lunes vienen los de Ono a llevarse mi decodificador. Me ahorraré disgustos (y seis euros al mes, también), y además gano un enchufe, que en mi habitación es un bien escaso….
Nada más por el momento… me dipongo a hacer una cura de desintoxicación a base de música de The Cure y un rato de lectura….