Con licencia para disparar

Escuchando: But the silence (Lunática)

Esta tarde he estado en el I Festival Castilla-Hermida. Un festival (este año a todo lo llaman así) con cinco conciertos, de grupos locales, junto a la antigua Lonja. No parecía mal plan.

Las cosas no han salido perfectas, desgracidamente. La habitual pereza santanderina ha hecho que la afluencia de público haya sido más que escasa. Los amiguetes de los grupos que tocaban, y poco más. Cuatro gatos. Y eso que el bar tenía precios populares (y vaya si lo eran). Yo creo que deberían haber puesto en los carteles del festival esa lista de precios, y no la lista de los grupos.

Siguiendo con la lista de achaques, el tiempo no ha acompañado del todo (ha estado amenazando lluvia casi toda la tarde); el grupo encargado de romper el hielo sólo contaba con tres de sus cinco componentes (aún así, salieron del brete con la cabeza bien alta); y los descansos entre grupos estaban amenizados con un supuesto humorista local capaz de poner de mal humor a cualquiera, a golpe de monólogo sin gracia ni educación. Además, el evento tenía autorización oficial, pero siempre a cambio de algo, a cambio de incluir a un grupo determinado como cabeza de cartel… (no los he visto, el humorista me ha echado primero)

Lo mejor de la noche: que ha habido grandes conciertos: me han gustado mucho Lunática (y he descubierto que su nuevo batería es un amiguete); y sobre todo, que he tenido –vivan los enchufes– vía libre para meterme donde quisiera con la cámara. Incluyendo el escenario.

No he dejado pasar la oportunidad. Me he vuelto a casa más de doscientas fotos después.

Y mañana, otro día de excursión fotográfica por Cantabria. Voy a poner a cargar la cámara.

Seguiremos informando.