Bilbao: sobre-exponiendo por accidente

El sábado pasado estuve callejeando por Bilbao, una ciudad que siempre me ha parecido muy fotogénica al fotografiarla en blanco y negro. El día estaba gris, además, así que con más razón dejé en casa la cámara digital y metí en la bolsa la Nikon F70 cargada con un carrete de blanco y negro, y el objetivo fijo de 50mm.

A última hora de la tarde me acordé de que en esa cámara había forzado el valor de ISO del carrete cuando usé película Redscale, y comprobé para mi desgracia que teniendo metido un carrete de ISO 400, había estado disparando con la cámara configurada a ISO 100. Esto es, la cámara había estado calculando que necesitaba mucha más luz la de la requerida, por lo que todas las fotos que había disparado habrían quedado, irremediablemente, sobre-expuestas. Quemadas, más bien. Horror.

A pesar de todo, jugando con el revelado y con el escáner he conseguido rescatar las fotos. Siempre pienso al disparar con película, en estos tiempos de ensayo y error digitales, que si en cada carrete consigo una imagen que me convenza y que me guste, me doy por satisfecho. De este accidentado carrete me han gustado unas cuantas, así que doy la prueba por superada.

Para recuperar una película sobre-expuesta hay que sobre-revelar. Esto es, hay que dejar que el revelador actúe durante más tiempo (al contrario de lo que podría parecer, pero no hay que olvidar que trabajamos con un negativo). En lugar de los 6 minutos de rigor que correspondían a la película, lo dejé un cuarto de hora (calculado totalmente a ojo, en mi ignorancia). Insuficiente, a pesar de todo: el negativo estaba muy oscuro (aunque se apreciaban las imágenes), señal de que en positivo estaría todo muy, muy blanco.

El siguiente paso para intentar recuperar las fotos fue el positivado, digital en mi caso: tocaba jugar con el escáner. Ajustando exposiciones, niveles y curvas antes de digitalizar cada imagen conseguí que apareciesen con una pinta medianamente razonable. Luego ya, Photoshop mediante, terminé de corregirlo todo en la medida de lo posible. Sobre-exponer para luego sobre-revelar es una técnica que, controlada (no ha sido mi caso), sirve para aumentar el contraste en las fotografías. Efectivamente, las imágenes finales (las que se han salvado, otras no han tenido mucho remedio) están mucho más contrastadas, pero también con muchísimo más grano, de lo que habría obtenido en condiciones normales. Aún así, me gustan, y el resultado no ha sido tan catastrófico como esperaba.

Para la próxima vez, tendré más cuidado, eso sí. Seguiremos fotografiando.