¿Pero dónde he dejado la…?

Escuchando: Lost and found (Phoenix)

Soy moreno; delgado; despistado. Ésto último en grado suficiente como para llevar una foto a revelar en mi memoria USB, y al cabo de una hora no saber dónde está esa memoria. Después de mucho pensar y buscar, llegué a la conclusión de que la había perdido por la calle. Maldición. No es que valgan muy caras, no es que contuviese archivos insustituibles… pero sí tenía cosas que no me hacía ninguna gracia que circulasen por ahí. Por ejemplo, una fotocopia de mi DNI que suelo llevar encima, digitalizada, para poder imprimirla en cualquier parte, si se tercia.

Cuando las cosas caen en malas manos, las consecuencias pueden ser imprevisibles. Cuando caen en buenas manos, el resultado es una renovada fé en el género humano. Hay gente capaz de encontrarse una memoria en el suelo, llevarla a casa, mirar su contenido, ver un carnet de identidad y acercarse corriendo -en un día de perros- a la dirección indicada para devolverla. Mil gracias.

Soy despistado, pero tengo una suerte considerable. Intentaré no tentarla tan a menudo.

Seguiremos informando.